Cuando un principiante va a matar por primera vez a un toro, un torero veterano le cede su muleta y su espada en un rito que el mundo taurino llama la alternativa. En 1895, el año en el que Pablo Picasso cumplió catorce años y el último que pasó en A Coruña, su padre, también pintor, le cedió uno de los lienzos de gran formato con los que trabajaba, y el joven artista realizó su última obra antes de abandonar la ciudad. El cuadro resultante, La alternativa, nunca se expuso en un museo. Desde ayer y hasta el 8 de diciembre se exhibe en la Casa Picasso de A Coruña.

La pintura, una vista marinera de gran formato que se cree que puede estar inspirada en el ya desaparecido Muelle de Hierro coruñés, es la "obra maestra" de los años de formación del pintor, escribe una de las hijas del autor, Maya Picasso, que ha acreditado la autenticidad del cuadro. Cediéndole su lienzo, el padre de Picasso "reforzaba su autoconfianza", cree la hija del pintor malagueño.

La obra se exhibe en la planta baja del museo, en el espacio expositivo y cultural La Casa de Pablo y gestionado por la empresa Arteca que se inaugura oficialmente hoy a las 20.00 horas. Uno de los directores de Arteca, Francisco Muíños, explica que el propietario de La Alternativa rechazó que participase en la exhibición por el 120 aniversario de la primera muestra del pintor, celebrada este año en A Coruña, y que prefirió que se mostrase por primera vez en la Casa Picasso antes que en un museo de bellas artes holandés. En principio, la obra volverá a sus manos en diciembre, aunque se negocia la posibilidad de que permanezca en A Coruña. Arteca confía en exponer en un futuro al menos otras dos obras inéditas del pintor, de las que como mínimo una de ellas estuvo en su primera exposición en la calle Real en 1895. La Casa de Pablo ofrecerá también exposiciones de artistas relacionados con Picasso, y venderá productos de al menos quince pequeñas empresas de artistas y artesanos gallegos.

Según Salvador Corroto, colaborador del proyecto, el cuadro refleja la "dualidad" de la obra picassiana: en él mujeres y niños observan desde un muelle a dos veleros, de los que no se sabe si se acercan o se alejan. Muíños recuerda que, en sus dos últimos años, Picasso volvió a los motivos que dibujó en A Coruña.