Hércules de Armamento, la empresa concesionaria de la fábrica de armas, admite que tratará de contar de nuevo, "en el plazo de tiempo más corto posible", con el servicio de vigilancia que cesó este martes por la noche para poder volver a producir armamento, después de que al día siguiente por la mañana se lo prohibiese el Ministerio de Defensa. La compañía asegura que mientras tanto mantiene la producción en otros sectores en la planta de Pedralonga pese a tener vetada la fabricación de armas de guerra por carecer de ese servicio de seguridad.

Aunque el Gobierno no indica a la concesionaria ninguna fecha límite para recuperar al personal de vigilancia, que decidió abandonar sus puestos de trabajo por la acumulación de impagos de entre 400.000 y 500.000 euros, Hércules, que reconoce la deuda pero en una cantidad menor, señala que su intención es "restablecer la normalidad lo antes posible" y poder así volver a producir armamento. No precisa la duración de ese plazo.

El director de producción de Hércules de Armamento, Manuel Edreira, explicó ayer a este periódico que las instalaciones no pueden estar sin vigilancia, pero que la decisión que ha tomado la empresa es la de aplazar "momentáneamente" la vigencia del servicio de seguridad mientras opta por tomar "otra estrategia para asegurar la viabilidad de la empresa".

"Debido a la cantidad de pedidos que nos están entrando debemos tener circulante para poder comprar materia prima. Si no, estamos ahogados, ya que los proveedores nos exigen pagar casi al momento", comenta el director de producción. Algunos de esos pedidos son de carácter armamentístico, otros son del sector médico, el energético, el aeroespacial o la automoción, ramos en los que la actual plantilla ya ha trabajado desde que se recuperó la actividad cuando la empresa comenzó su gestión.

Edreira aclara que, ante el ultimátum dado por los vigilantes para salir de la planta el martes por la noche, Hércules inició el procedimiento de abandonar la producción de armas ese mismo día por la mañana, cuando desplazó las piezas específicas a la Comandancia de la Guardia Civil e informó de la situación al Ministerio, la Policía Nacional y la propia Guardia Civil. Al día siguiente, consumado el abandono de los vigilantes, Defensa suspendió la autorización para la fabricación de armas de guerra, "no la fabricación en sí, solo las armas y las piezas fundamentales para las armas", recalca Edreira.

Para volver a tener el permiso para producir armamento, el requisito que Hércules debe cumplir es contar con servicio de vigilancia. En ese caso tendrá que demostrar al Ministerio que hay empleados de seguridad, Defensa tendrá que conformarlo a continuación a través del comité presente en Pedralonga y la Guardia Civil deberá revisar las instalaciones y hacer una auditoría del sistema de vigilancia antes de que la planta vuelva a recibir la luz verde para fabricar armas.

Mientras Hércules de Armamento aplaza la recuperación del servicio de seguridad y desarrolla su estrategia productiva, la fábrica coruñesa carece de vigilantes. La Federación de Servicios del sindicato UGT ha denunciado a la concesionaria y a la empresa de seguridad Segur Ibérica ante la Delegación de Defensa y la Subdelegación del Gobierno porque indica que trabajadores de Hércules realizan tareas de seguridad en las instalaciones sin estar autorizados. Manuel Edreira asegura que "ninguna persona" de su empresa actúa como vigilante o hace rondas nocturnas, como le acusa UGT, "porque no puede hacerlo, no está autorizado". "Solo hay personas que abren y cierran las puertas, que se abren manual o mecánicamente", aclara.

La prohibición de producir armas ha suscitado inquietud entre los trabajadores y exempleados de la factoría de Pedralonga, que temen que Defensa anule la concesión otorgada hace un año. Desde Hércules, su director de producción es rotundo al señalar que la adjudicación no corre peligro: "Tajantemente: Hércules y Defensa no están negociando nada. Ni uno ni otro lo piensan. No me extiendo más. No. Los únicos contactos que tuvieron estos días fueron para informar de que la fábrica se iba a quedar sin vigilancia, por lo cual se iniciaron los trámites. Nada más".

Edreira reitera que la fábrica tiene pedidos importantes para el próximo enero que reforzarán la carga de trabajo y harán aumentar el número de operarios por turno.