-¿Le sorprende la polémica que se ha generado sobre la reforma de Alfonso Molina?

-En cierto modo no porque, como es lógico, todas las actuaciones de obra pública tienen una incidencia grande en la población y la intervención en el entorno humano tiene mucha repercusión. No me ha sorprendido y en los tiempos que corren es normal que surja el debate. Pero echo de menos un trato más profesional del asunto y en particular de la participación de profesionales de la Ingeniería de Caminos que son los que más saben o entienden de esto. Es sano que haya participación pública, pero reivindico que sea con más información y con más respaldo técnico y profesional, ya que hacer una obra no es solo pintar un plano. Si se habla de reducción de carriles de circulación eso trae una consecuencias en la capacidad o en la intensidad de tráfico que hay que tener en cuenta, así como la seguridad vial.

-Se decía que la tercera ronda iba a ser la solución al problema de la movilidad pero, una vez concluida, se proyecta ampliar Alfonso Molina. ¿No es una contradicción?

-Lo que se dijo y se ha cumplido es que iba a haber una reducción importante del tráfico, ya que la intensidad media diaria de vehículos, que era de 120.000 se ha reducido en 30.000 tras la apertura de la tercera ronda. Pero hay que hacer un planteamiento global y con un ámbito más técnico y profesional, y sobre todo de planificación. La tercera ronda ha eliminado una serie de tráficos procedentes del municipio de media y larga distancia, pero el que viene de municipios como Oleiros y Cambre sigue entrando por Alfonso Molina y, lo que es más importante, lo seguirá haciendo. Me respaldo en los estudios que se hacen, como el de Fomento, así como en proyectos que están previstos como el Vial 18 o la conexión de la autopista con la vía ártabra y que hay que tener presentes en una planificación seria. El Colegio de Ingenieros de Caminos está muy a favor de la reducción del número de vehículos en tramos urbanos y de la humanización, pero hay problemas de tráfico y de seguridad vial que hay que ver globalmente. No es solo la cuestión de que haya más árboles, que es genial y lo apoyamos, pero es necesario estudiarlo globalmente.

-Hay quien dice que gran parte del tráfico de Alfonso Molina desaparecerá con el Vial 18 al canalizar muchos vehículos de la AP-9 hacia la tercera ronda.

-Nuestra idea en el colegio es formar una comisión de ingenieros que sepan de esto y hacer un pronunciamiento sobre nuestro punto de vista de la cuestión. La tercera ronda tiene un tráfico importante y ha detraído circulación de Alfonso Molina, pero eso no quiere decir que no tengamos el tráfico que tenemos hoy en día. Hay estudios de capacidad, tráfico y enlaces en los que hay pensar. No conozco el nuevo planteamiento del Ayuntamiento, pero hay cuestiones técnicas que hay que resolver, como el trenzado que se produce a la salida de la autopista, cuya supresión defiende Fomento, el tipo de enlaces que hay que hacer como el de Ponte da Pedra. Por supuesto que hay que integrar y humanizar la ciudad, pero eso no supone nunca una vuelta atrás. Si se instalan cuatro carriles y pasado mañana solo hacen falta dos, es muy fácil transformarlos en una avenida o en una alameda. Es una cuestión de planificación de espacio. Hoy en día A Coruña tiene un acceso envidiable y no creo que sea de los feos, y eso es gracias a una planificación de hace muchos de un ingeniero. Si es verdad que es importante para la calidad de vida que esté humanizado el entorno y que haya más árboles y más paseos, también es cierto que es importante para la humanización que la gente no esté parada en un atasco perdiendo horas de trabajo y generando contaminación acústica y atmosférica.

-Por lo que conoce del proyecto y su experiencia, ¿por cuál de las soluciones se decantaría?

-Para tener una opinión necesitaría un análisis más profundo. Me consta que en Fomento la propuesta tiene su fundamento en estudios de tráfico, por lo que las obras no se hacen para un tápame aquí estas penas de hoy, sino con planificación. Ahora mismo, todos vemos que no es un tráfico con una barbaridad de atascos, pero es mejorable. El último proyecto de Fomento recogía ya medidas de humanización, como paseos laterales, pero no debemos olvidar que la reducción de carriles y la eliminación de trenzados son cuestiones muy importantes.

-La entrada en la ciudad de la autopista en su día se consideró un avance pero hoy hay quien piensa que fue un error. ¿Cuál es su opinión?

-Las cosas se hacen en su tiempo y lo importante ahora es que la ampliación se estudie para que en el futuro nadie diga que fue un error. Las cosas precipitadas y cuyo fundamento técnico es dudoso deben ser estudiadas porque van a permanecer muchos años. Es evidente que hoy en día, con el tráfico que se genera tanto en la avenida de A Pasaxe como en la autopista hay un problema de un solapamiento entre los que vienen de un lado y otro que es una de las razones de que se produzcan más retenciones y por lo tanto es correcto el planteamiento de que hay que arreglarlo. Si se suprime el cuarto carril la pretensión es solucionar eso, pero no un parche para un momento, porque si mañana se amplían el puente de A Pasaxe o la autopista se va añadir un nuevo tráfico, por lo que exijo seriedad y rigor en esas previsiones. De nada me sirve tener todo muy bonito si el tráfico no lo voy a suprimir de un día para otro, porque voy a tener otro tipo de problemas.