La Fiscalía ha rebajado de 20 a 13 años la pena de prisión para el hombre acusado de prender fuego a la vivienda del presidente de su comunidad de vecinos en A Coruña e insiste en que la "intención" del procesado era "causar la muerte" a su vecino.

La petición de cárcel es de 11 años por un delito de asesinato en grado de tentativa en concurso de normas con el delito de incendio. Junto a esto, la fiscal, según ha expuesto en su informen final ante la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de A Coruña, mantiene la pena de dos de años cárcel por un delito de lesiones psíquicas.

Antes de la lectura de los informes, en la última sesión han declarado varios psiquiatras que atendieron al procesado y que ratificaron que el hombre sufre un trastorno obsesivo compulsivo, pero que "no distorsiona la realidad" y que tienen sus facultades intelectivas "intactas".

En su informe, el Ministerio Público insiste en que la intencionalidad del procesado, que reconoció los hechos pero alegó que "solo quería dar un susto", era "causar la muerte" a su víctima, que sufrió quemaduras en cara, piernas y brazos.

"Entendemos que sus acciones iban a causar la muerte", subraya la fiscal, que además ha apuntado que el acusado realizó "amenazas" a su vecino y a la familia de este, al tiempo que considera que el miedo que el procesado dijo tener de la víctima "no ha quedado acreditado" en el juicio.

Asimismo, el Ministerio Público no aprecia atenuantes por la situación psicológica del procesado. Para ello se basa en los testimonios de los psiquiatras, que rechazaron que el hombre distorsionase la realidad.

Psiquiatras

Precisamente, antes de la lectura de los informes de las partes, ha declarado un psiquiatra que atendió al procesado varios años antes de los hechos. Este ha reconocido que el hombre sufre un trastorno obsesivo compulsivo, pero asegura que esto no le hace "distorsionar" la realidad.

"Estaba muy limitada su vida", ha señalado una psicóloga que también atendió durante años al acusado. En esta misma línea se ha manifestado, en calidad de perito, otro psiquiatra que realizó un informe tras los hechos. Este experto ha señalado que el acusado tiene obsesiones "irrefrenables", pero asegura que sus facultades intelectivas "permanecen intactas".

Los hechos ocurrieron en septiembre de 2014 en un edificio situado en el Barrio de las Flores. Tras discutir por unas obras en el edificio, el procesado "roció con gasolina" el suelo de la planta del piso donde residía su vecino y, agachándose en la zona de las escaleras, prendió fuego al combustible. La víctima se vio "envuelta" por el fuego al abrir la puerta de su vivienda.