Los 155 trabajadores de la fábrica de armas de A Coruña acordaron en una asamblea celebrada este jueves reclamar a la concesionaria de las instalaciones, Hércules de Armamento, el pago "inmediato" de las nóminas pendientes de abonar a la plantilla. De lo contrario, señalan en un comunicado, no descartan iniciar un calendario de movilizaciones en las próximas semanas.

Los empleados han solicitado por carta una reunión entre los operarios, la dirección de la empresa, el Concello, la Consellería de Economía e Industria y el Ministerio de Defensa para acordar "las acciones que sean necesarias" para garantizar la continuidad de la actividad de la fábrica "frente a cualquier intento de cierre".

Aunque no quiso desvelar cuanto dinero adeuda a sus asalariados, el director de Hércules, Ramón Mejuto, había reconocido el pasado 30 de noviembre en una rueda de prensa que los trabajadores "no están cobrando al día". El impago a la plantilla se sumaba a las deudas pendientes con la empresa que se responsabilizaba de la seguridad de la planta, Segur Ibérica, que abandonó la factoría alegando facturas sin abonar de medio millón de euros, cifra que desde Hércules se rebajaba aunque sin concretar la cantidad exacta.

La pérdida del servicio de seguridad llevó al Ministerio de Defensa, propietario de la fábrica, a retirar a Hércules el permiso para la fabricación de armas. La compañía confiaba en poder contratar de nuevo un servicio de seguridad "lo antes posible" para poder trabajar otra vez en la producción armamentística.

Mientras tanto, la empresa se ha dedicado en exclusiva a la fabricación para el sector civil. En aquella comparecencia de prensa, la dirección de Hércules de Armamento defendió la fabricación de armas de guerra aunque apuntaba que solo iban a representar "el 20%" de la capacidad productiva y que, en la actualidad, la empresa cuenta con 22 contratos "activos", si bien no se dieron datos sobre la facturación que suponen esos convenios para la cuentas de Hércules.

La apuesta de la concesionaria de la fábrica de armas por el sector bélico llevó a la dirección de la empresa a patentar un diseño de pistola modular. La compañía cuenta actualmente con 155 empleados, de los cuales buena parte trabajan a media jornada. La empresa estaba obligada alcanzar esta cifra de plantilla en octubre, para cumplir con los compromisos laborales de la oferta que habían presentado al concurso de Defensa. Noventa de estos trabajadores se incorporaron el último día del plazo legal permitido, cumpliendo así con esta promesa. "Tenemos un proyecto para que jóvenes de la ciudad se incorporen a la empresa para hacer prácticas y también para que integren un vivero donde aprender un oficio", aseguró Mejuto.

Ante la situación que atraviesa la factoría, el alcalde anunció en las últimas semanas que espera reunirse próximamente con representantes de la Secretaría de Estado de Defensa para abordar la viabilidad del complejo.