El proyecto de dragado de la ría de O Burgo prevé que el saneamiento del estuario costará 31,3 millones de euros, por lo que tendrá que salir a concurso con un precio base de licitación de 46,3 millones -por los impuestos y tasas-. El plazo de ejecución será de 21 meses -casi dos años-, aunque antes de que lleguen las máquinas a la ría habrá que realizar otros trabajos, entre ellos, retirar la semilla de marisco de los bancos afectados para poder reinstalarla en otros y para devolverla a su lugar original, una vez que el estuario esté saneado, según consta en el documento.

El precio que fija el proyecto de dragado, que estará sometido a exposición pública durante un mes para recibir alegaciones, dista mucho de las partidas presupuestarias reservadas en las proyecciones de gasto del Estado y de la Xunta para el próximo año.

En los Presupuestos Generales del Estado consta que en 2016 se realizará una inversión de un millón de euros en el saneamiento de la ría y que, hasta 2019, la aportación económica subirá hasta los dos millones anuales -en total, siete millones de euros durante la próxima legislatura-. En el borrador de sus presupuestos, la Xunta no contempla ninguna partida específica para el saneamiento de la ría, aunque sí que cuenta con inversiones para mejoras en el funcionamiento de los bombeos de O Temple y A Pasaxe, así como para el tanque de tormentas de Santa Cruz, que ascienden a casi 800.000 euros.

El Estado había explicado en julio que su intención era que los trámites estuviesen finalizados antes de fin de año y que las obras se ejecutasen durante la siguiente legislatura y, entonces, llegar a acuerdos con otras administraciones para hacer frente a su financiación. El proyecto de dragado salió ayer publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE), a tan solo nueve días de que se celebren las elecciones generales, y se puede consultar también en el Registro de la Demarcación de Costas en Galicia, en la calle San Pedro de Mezonzo.

El proyecto de dragado se basa en el informe que había redactado el Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (Cedex) en abril de 2013, aunque amplía el volumen de lodos a retirar, que pasa de 420.300 metros cúbicos a 554.176, -unos 30.000 más- de ellos, de los que 161.523 metros cúbicos son materiales tóxicos. Estos tendrán como destino dos balsas que se realizarán en los márgenes de la ría. Una, en el Concello de Oleiros y la otra en Culleredo, ambas contarán con "geotubos colocados en el interior" de las arquetas, que recibirán el material dragado. Sobre estos almacenes se acondicionará el terreno para poder ampliar el paseo marítimo existente, según consta en el proyecto. En total, en los dos recintos se pondrán confinar 161.714 metros cúbicos de material dragado. En el contenedor de Oleiros habrá capacidad para algo más de 8.000 metros cúbicos de lodos y, en el de Culleredo, para 153.659.

Los materiales retirados del fondo de la ría que no estén contaminados tendrán varios destinos, podrán ser vertidos mar adentro, en unas zonas destinadas a este fin, en la playa de Santa Cristina -solo los que se retiren del exterior de la ría y que se quiten para permitir que los equipos técnicos puedan realizar sus labores- o bien servir para la regeneración de otros sectores del estuario. Según el estudio publicado ayer, y que estará sometido a exposición pública durante un mes, para poder recibir alegaciones de los afectados, consta que la empresa se tendrá que encargar de evitar la contaminación por cualquier tipo de causa. Tras este periodo, el Ministerio de Medio Ambiente tendrá que resolver las alegaciones recibidas y decidir cuáles estima para incluir en el proyecto final.

Antes de que lleguen las máquinas a dragar los lodos -en algunos puntos superan los 1,80 metros de altura- la obra tendrá que tener aprobada la Declaración de Impacto Ambiental y también tendrá que salir a concurso el trabajo y ser adjudicada. Esta publicación del proyecto llega cuando la ría es productiva solo en un 19% -cuando en los años 80 solo tenía un 20% improductivo y conseguía dar trabajo a más de un millar de personas-.

Los mariscadores se ven perjudicados no solo por los lodos, que taponan la ría y no permiten que llegue el agua con los nutrientes necesarios para que los bivalvos crezcan, sino también por la contaminación por hidrocarburos y toxinas y porque el nivel del suelo es tan alto, que las almejas están demasiado tiempo fuera del agua y no consiguen sobrevivir.

Los cierres continuos de la ría por toxinas e hidrocarburos se ven agravados por la acción de los furtivos y por los altos niveles de mortalidad de la almeja, que llegan al 20%.

La regeneración de la ría de O Burgo y su reivindicación como fuente de empleo y de bienestar es ya una demanda histórica de los vecinos de la zona y también de los trabajadores. Su lucha llegó hasta el Parlamento Europeo cuando el anterior patrón mayor, Manuel Cao, fue invitado por la representante del BNG en Europa, Ana Miranda, a exponer el caso de la contaminación del estuario de A Pasaxe. Los afectados por esta situación solicitaron también que una comisión de europarlamentarios viajase a A Coruña para analizar el estado de la ría.

La conclusión de los tres diputados fue clara, no estaba en buenas condiciones, pero la primera impresión no fue suficiente para redactar un documento que obligase a tomar medidas inmediatas, aunque sí que sirvió de motor para seguir exigiendo el dragado. Tras las elecciones municipales, los alcaldes y los mariscadores formaron un frente común, con la Universidad, y al que convidaron a Xunta y Ministerio de Medio Ambiente, para reivindicar el saneamiento de este enclave.