Carmen Isabel R.S., una perito judicial acusada de estafar unos 645.000 euros a nueve personas en 11 meses, entre junio de 2011 y mayo de 2012, ha negado haber "engañado a nadie" y ha articulado su defensa sobre la base de señalar al funcionario público al cual, según la Fiscalía, "utilizó" para atraer a las "víctimas".

De hecho, en su alegato final en el juicio celebrado en la sección sexta de la Audiencia Provincial de A Coruña --donde ha asegurado estar "al borde de cometer una locura"-- la imputada ha hablado de una trama "tipo Correa en Galicia", en la que, según sus afirmaciones, estarían involucrados el mencionado funcionario, perito de inmuebles, y el dueño de una empresa que se dedica a organizar eventos.

La fiscal, Aránzazu San José González, mantiene que Carmen Isabel R.S. convenció a los afectados, que han declarado este miércoles como testigos, con "maniobras engañosas" y la apariencia de "solvencia" para que le diesen su dinero, que ella supuestamente utilizaría en el desarrollo de actividades de intermediación en subastas judiciales que en la práctica "no existieron".

Según la tesis de la Fiscalía, que se ha ratificado en su petición de nueve años de cárcel por apropiación indebida para la acusada --reincidente a la que constan múltiples condenas anteriores por "otros hechos semejantes"--, esta mujer "ha utilizado" al compañero perito para que este le suministrase potenciales perjudicados, y también "ha utilizado a los notarios" donde escrituraba las supuestas inversiones, para imprimir "apariencia de legalidad" a las operaciones.

Las cantidades eran reinvertidas en otras supuestas operaciones

Sin embargo, según han explicado los testigos en sus declaraciones, una vez entregadas las cantidades, los presuntos inversores, que nunca conocían "el detalle" de las compraventas, no recuperaban "nada" de lo aportado, con la excusa de que sería reinvertido en un nuevo e "interesante negocio".

Solo recibían --y en algunas ocasiones-- lo que se ofrecía como las supuestas ganancias de la transacción, algo que un abogado de la acusación particular ha atribuido a la voluntad de generar "un señuelo", como el caso en el que uno de los afectados obtuvo 12.000 euros a partir de una inversión de 18.000.

La imputada, entre resoplidos y llevándose las manos a la cabeza

En el interrogatorio de la fiscal a la acusada, esta ha defendido haber cumplido "honradamente" su condena por sentencias anteriores. "Sin fugas. Y punto", según ha apostillado, visiblemente alterada.

Además, entre resoplidos y llevándose por momentos las manos a la cabeza, ha subrayado que se siente "indefensa", puesto que a "toda esa gente" a la que supuestamente le quitó los 645.000 euros se la presentó el perito judicial al que conocía de una asociación profesional. "Los demás están en la calle pero la que estoy en prisión soy yo", se ha lamentado.

"Nadie se quejaba en un principio, hasta que saltó todo"

El hecho de que fuese su compañero el que le presentase a gente interesada en invertir ha sido posteriormente ratificado tanto por los testigos como por el propio perito, que, no obstante, ha defendido que él confiaba en la acusada, con la que había entablado una amistad, y que por ello le hablaba de estos negocios a sus amigos. "Nadie se quejaba en un principio, hasta que saltó todo", ha indicado.

Asimismo, ha negado haber percibido dinero, "nada", por una intermediación que también ha rechazado, y ha justificado no participar en el supuesto negocio por su condición de perito de inmuebles, si bien ha reconocido que no entró "a valorar" si era compatible la profesión de la acusada con esas actividades.

"Ninguna inversión, ningún bien inmueble"

Por su parte, un policía que fue el que redactó el oficio para solicitar que el juzgado de instrucción investigase los hechos, ha comentado que "parece ser que detrás" de las empresas que tenía la mujer "no había ninguna inversión", y que no contaba la compraventa de "ningún buen inmueble" ni por parte de ella ni por la de su madre --a nombre de la cual tenía una sociedad--.

Mientras, los presuntos perjudicados han coincidido en relatar que Carmen Isabel R.S. tejió con ellos relaciones de confianza pero que, una vez le reclamaron su dinero, siempre "dio largas".

El papel de los subateros

Ella, en su primer turno, ha atribuido esto a posibles "retrasos" en las subastas, desde que un "subastero" --y no ella, según su versión-- adquiría el bien hasta que se le entregaba al comprador. Así, ha dicho que lo que adeuda está "consignado" pero que no lo puede entregar por estar en prisión, lo que constituye "una burla al estado de derecho", para uno de los letrados.

También ha remitido al código deontológico para negarse a revelar, ante las preguntas de la representante del Ministerio Público, quiénes eran esos subasteros. "Acreditar esas actividades sería sencillo, pero no lo ha hecho", ha llamado la atención Aránzazu San José González.

"Te envuelve totalmente, te cuenta unas milongas... Es una profesional", ha resumido una de las supuestas víctimas, a la que la imputada, según él ha apuntado, le llegó a "invitar a ver un Madrid-Barça" y le pagó el hotel.

Hombres de negocios y una madre separada

Otra mujer, madre de dos hijos y separada, ha censurado que se aprovechase de su situación personal, y ha confesado que le entregó lo que tenía ahorrado para los estudios de los niños. "Yo en un primer momento le dije que no podía, pero que le presentaba a unas personas. Luego me animó, tiró de mi situación, y me dije: voy a intentar entrar en la panacea del mundo feliz", ha expuesto.

Pero no eran estas las circunstancias de la mayor parte de los afectados, "hombres de negocios", según los ha calificado un abogado de la acusación particular. "Hay que oírla hablar", ha enfatizado, apelando al juez.

El otro letrado, contra el cual la acusada ha anunciado una querella al asegurar que se vale de información de la que dispone por otros procesos en los que coincidieron, ha alertado de que "la sociedad corre el riesgo de que esté en la calle" esta "delincuente económica", reincidente que ya estuvo encarcelada por hechos parecidos pero que después entró en una "vorágine de estafas".

Su abogado pide la libre absolución

Por último, la defensa de la acusada ha demandado la libre absolución al entender que "ningún tipo de engaño" ni de "apropiación" quedaron probados. Su cliente "intermediaba" entre el perito del que era amiga y el subastero, según ha incidido, antes de resaltar que se le acusa de apropiación indebida de unas cantidades "que no tiene".

De esta forma, el abogado de Carmen Isabel R.S. ha reducido los hechos al "incumplimiento de un negocio civil" y ha destacado que no tienen, por este motivo, "ninguna trascendencia penal".