Alberto Zedda es una personalidad excepcional abierta a los más variados intereses del saber humano: además de la música, el teatro, la literatura, la filosofía?. Director de orquesta, pedagogo, musicólogo, máximo experto mundial en Rossini, director de la Academia Rossiniana de Pesaro... Asistir a una de sus clases magistrales, en el curso de interpretación vocal que acaba de impartir por segunda vez en A Coruña es una experiencia única, enriquecedora, tanto por la sabiduría del maestro como por la forma activa e intensa con que explica a los alumnos de qué modo han de hacer vivir las más diversas arias de ópera.

Son a veces pasajes determinados; en ocasiones, simples palabras a las que pide se les comunique una especial intensidad. Sus más frecuentes requerimientos a los intérpretes son la exigencia de mayor expresión; la demanda de un sentimiento más intenso; la búsqueda de variante"s, para evitar la sensación de monotonía; el hallar una gama de colores que ilumine las frases; la comprensión del texto: hablar, antes que cantar ("Parla!", dice con frecuencia); el hacer no sólo música, sino también teatro. Y todo ello, a lo largo de doce intensas jornadas entre los días 2 y 13 del mes de diciembre. El día 14 tuvo lugar el concierto de clausura. Actuaron doce alumnos que mostraron en qué medida han aprovechado las enseñanzas del maestro.

Como sucedió el año precedente, hay voces importantes y artistas en ciernes que pueden hacer sus primeras armas en el difícil mundo del canto. El maestro les dio la oportunidad en la ópera Ermione, de Rossini, interpretada el pasado otoño en nuestra ciudad; y los Amigos de la Ópera, en Suor Angelica, de Puccini. Sin duda este año surgirán otros cantantes que tendrán parecidas oportunidades.

El concierto fue un verdadero homenaje de cariño y reconocimiento al maestro Zedda por parte de los alumnos y del público que llenaba la sala y lo aplaudió puesto en pie. Cantaron, por este orden, el barítono orensano Eliseu Mera (La Cenerentola, de Rossini); la soprano viguesa Marta de Castro (Turandot, de Puccini); la mezzosoprano, también de Vigo, Nuria Lorenzo (Werther, de Massenet); el barítono coruñés David González (Così fan tutte, de Mozart); Ruth Terán, soprano lírica madrileña (Otello, de Verdi); Pedro Martínez Tapia, barítono coruñés (Don Giovanni, de Mozart); Tabea Graser, soprano alemana aunque coruñesa desde temprana edad (Capuletos y Montescos, de Bellini); David Oller, barítono madrileño (Così fan tutte, de Mozart); la soprano lírica canaria Eduvigis Moragas (Carmen, de Bizet); la soprano coruñesa Lorena Paz (Don Pasquale, de Donizetti); y Carol García, mezzosoprano barcelonesa (La Cenerentola, de Rossini). También se le rindió un homenaje a Ludmila Otlova, magnífica pianista acompañante que realizó un trabajo difícil y agotador a lo largo de todo el curso; pero -tal como ella misma decía- el escuchar las enseñanzas del maestro compensaba largamente su exhaustiva dedicación.