Francisco Vázquez había firmado en 2004 un convenio inicial con el ministro popular Francisco Álvarez-Cascos. Fue el primer acuerdo que abrió las puertas a la recalificación de los muelles para financiar la obra del puerto exterior. En aquel documento, rubricado también por el Gobierno de Manuel Fraga, se diseñaba un área residencial en los actuales terrenos portuarios en la que solo el 20% serían viviendas de protección oficial. Un mes después, los socialistas de José Luis Rodríguez Zapatero arrebataban la Moncloa al PP. Álvarez-Cascos abandonó su despacho sin ratificar el convenio urbanístico, que quedó en el aire. Llegó entonces al Ministerio de Fomento Magdalena Álvarez, que se negó a dar el visto bueno al pacto. Pasó más de un año y medio hasta que tuvieron un nuevo texto, adaptado a las políticas de viviendas de los socialistas. La vivienda protegida se subía del 20 al 50%. Otra de las claves que impuso el Gobierno central fue la de no poder desafectar el suelo portuario para empezar a urbanizar hasta que la dársena de punta Langosteira estuviese preparada para recibir barcos.