El nuevo diputado coruñés Miguel Lorenzo (Pontevedra, 1961) no se va a despegar de la ciudad ni del Ayuntamiento. "Entiendo que la actividad está en Madrid, pero si eres representante de la ciudad y la provincia tienes que estar en la provincia conociendo los problemas de sus sectores y sus vecinos y comunicarles lo que pasa aquí". Son sus planes pocos días después de ser uno de los tres políticos del PP elegidos para representar a la provincia, uno menos de los que se pusieron como objetivo.

La sensación que le deja la noche electoral tiene una lectura positiva y otra negativa. "Primero tengo la sensación de que aumentamos muchos votos desde las municipales y fuimos el partido más votado en la ciudad, pero perder un diputado es la parte negativa", evoca Lorenzo. Alega que llevan encima "mucho desgaste como gobierno, con una campaña de mucho tiempo y difícil". "Así que lo valoro en positivo", concluye.

"Nos compara todo el mundo con la Marea y en las municipales ganamos por 28 votos y ahora son casi mil más", recuenta, "así que ahí están las dos sensaciones: por un lado ser los más votados y por otro perder un diputado, y ver qué tenemos que tratar de volver a convencer a ese electorado para que nos vuelva a votar".

Se quedará de concejal en el Concello, explica, pero sin el mismo papel. "Vamos a cambiar un poco mi función, seré un poco el enlace entre el Ayuntamiento y el Congreso", explica el nuevo diputado, "algunas funciones que tengo ahora las cogerán otros compañeros, pero seguiré de concejal".

Pasa parte de las navidades con sus padres en Pontevedra. Aunque dice que no se meten en cuestiones políticas, sí le han acompañado durante la campaña -en primera fila en el mitin de Pontevedra- y le "animan y se alegran mucho". "Mi padre lo ve como un honor, le gusta esa vocación de servicio", relata.

Ya había sorprendido a los suyos cuando dio el salto a la política local, a donde llegó como miembro de la oposición de la mano de Carlos Negreira y Alberto Núñez Feijóo, sus compañeros de clase en la Facultad de Derecho en Santiago de Compostela. En 2011, el PP ganó las elecciones y se ocupó de la cartera de Servicios Sociales. La sorpresa fue mayor cuando saltó su nombre como cabeza de lista para el Congreso de los Diputados por A Coruña. "Mis hermanos estaban sorprendidísimos pero me apoyaron mucho. Vinieron al mitin, pasaron días conmigo para apoyarme durante la campaña".

No es el primero de la familia que toca la política o la Administración. El primero, su abuelo Gerardo, alcalde de Cerdedo en la época de guerra. En la actualidad, hay más, una familia abierta en donde no solo hay una línea única de pensamiento. "Tengo algún primo concejal del BNG y mi prima Maricarmen Torres fue una de las fundadoras del PSOE en Pontevedra, fue secretaria de Felipe González muchos años y trabaja en el grupo socialista en el Parlamento", enumera.

Además de los candidatos populares, en el Congreso de los Diputados se reencontrará con algún conocido y amigo. "Me voy a encontrar por ejemplo con un amigo que conozco desde hace muchos años, que puede que sorprenda, que es Toni Cantó", afirma. Lo conoció en Madrid a través de su familia y su relación se ha prolongado en el tiempo. "Yo era concejal y él me contaba que se había presentado a concejal por Torrelodones y que no había salido por pocos votos, ahora nos vamos a reencontrar", dice.

Vive con incertidumbre la conformación del nuevo Gobierno, dependiente de los pactos: "En estos momentos vivimos todos en la incógnita, yo espero que ejerzamos todos nuestra responsabilidad y que las decisiones que tomamos seamos conscientes de que afectan a los ciudadanos, por eso apelo un poco al sentido común y a la razón de estado. Hay que sacar el país adelante entre todos".

En la oposición o en el grupo de gobierno, comienza ahora su trabajo de idas y venidas entre A Coruña y Madrid. "No me perdonaría no trabajar por la provincia durante este tiempo", señala, "lucharé por todas las infraestructuras proyectadas, me gustaría que se consiguieran porque es en beneficio de todos".