La madre de un menor y su compañero sentimental fueron condenados a cinco años y medio de prisión y seis años de cárcel, respectivamente, por maltratar y a aterrorizar al niño, de 6 años, durante al menos cuatro meses en la vivienda de A Sardiñeira en la que residían. "La situación generó auténtico terror en el menor", subraya la juez en la sentencia, en la que describe cómo el imputado, a instancias de su madre, "le tiraba con violencia del pene" y, en una ocasión, le quemó los genitales con un mechero.

La titular de Penal 5 también considera probado que el procesado mandaba desnudarse al pequeño por las noches y lo castigaba de cara a la pared, sin dejarlo dormir, mientras él veía la tele. Además, le ponía la almohada en la cara y, a veces, le quemaba con un mechero en el pie. La madre de la víctima es "muy religiosa" y estaba "obsesionada con que el niño se tocaba mucho el pene", por lo que decidió que su pareja le quemase los genitales. Los imputados insultaban al pequeño a diario, llamándole "burro, cerdo, asqueroso" e, incluso, "burra", mientras le decían que no sabía "nada". Ambos procesados abofeteaban al niño y su madre le llegó a pegar con un cinturón tras bajarle los pantalones. La condenada también lo amenazaba con que lo iba a mandar al monte con los gusanos.

La juez recalca en la sentencia que la sospechosa no solo era consentidora de la situación de "miedo, terror y maltrato" sufrida por el menor, sino que obvió "cualquier tipo de ayuda al niño, tanto moral como material". La procesaba bañaba al pequeño todos los días, por lo que la magistrada subraya que no solo era "plenamente consciente" de los daños que sufría, sino que también fue "instigadora, participando incluso de forma activa el día en que quemaron el miembro del niño". Las brutales agresiones fueron descubiertas el 28 de octubre de 2011 por una profesora del colegio del Agra do Orzán en el que estudiaba la víctima. La maestra percibió que el pequeño "caminaba muy mal" y, tras explorarlo, lo trasladó de inmediato al servicio de urgencias del Materno Infantil, donde comprobaron que le habían quemado los genitales. El niño permaneció hospitalizado 11 días. La juez destaca que la criatura sufrió lesiones físicas y psicológica que no podrán ser valoradas hasta que se complete su desarrollo.

La magistrada arguye que durante la declaración del menor en el juicio quedó patente el "miedo" que le tiene al acusado. El pequeño dijo que no quería que saliese de la cárcel y que no quería verlo a él ni a su madre. "No se puede obviar el estado de alteración del menor cuando termina la declaración", indica la magistrada. En la sentencia también hace referencia al testimonio de la acogedora del pequeño. La mujer relató que con solo nombrar al condenado el niño "se congestionaba y hacía sus necesidades encima". Tanto su madre como su compañero sentimental fueron condenados a la prohibición de comunicarse y acercarse al niño durante diez años. La imputada también fue inhabilitada para ejercer la patria potestad durante diez años.