Los responsables de la administración de lotería número 44, en el Carrefour de Alfonso Molina, vivieron ayer su particular resaca navideña después de haber repartido el único boleto de la provincia premiado con el Gordo del Niño.

Los dueños de la sucursal, Lourdes García y Lino Ares, fueron ayer el centro de atención de focos y cámaras, al no haber abierto su establecimiento el miércoles. La participación, vendida en máquina, es el primer premio que reparten y llega solo un mes después de que tomasen las riendas de la administración.

"Es una alegría para nosotros, que entramos, y una buena despedida para los antiguos dueños", señaló Ares. Esta administración se está convirtiendo en uno de los epicentros de la suerte en la ciudad. Fue en esta oficina donde se selló el famoso boleto de La Primitiva olvidado por su propietario en la sucursal de San Agustín y con un premio de 4,7 millones de euros.