La última intervención pública de Xosé Luís Armesto como rector, minutos antes de ceder el bastón de mando a Julio Abalde en presencia del presidente de la Xunta, puso en pie a los invitados que asistieron al Paraninfo de A Maestranza en la investidura del nuevo jefe del Rectorado. Durante un minuto largo de aplausos, después de que Armesto mirase "con ilusión hacia adelante", hacia un futuro "siempre mejor", los ocupantes de las butacas, poco a poco, se fueran levantando de sus asientos para reconocerle sus palabras y su trabajo. Resbaló alguna lágrima por las mejillas de sus próximos colaboradores.

Armesto, como Abalde después, también se emocionó en su parte de agradecimientos y en el repaso de su actividad en los últimos cuatro años. "No es momento de detenerse en los detalles de estos tiempos complicados", dijo sin ahondar en las críticas que durante su mandato vertió por la inversión insufiente del Gobierno gallego en la Universidade da Coruña. Pese a esos tiempos difíciles, el ya exrector resaltó la gestión de sus esfuerzos en impulsar la investigación y la colaboración con otras universidades, instituciones y el sector privado. Mencionó a Isaac Díaz Pardo y a Xosé Neira Vilas, quienes fallecieron al comienzo y al final de su mandato. Reiteró la defensa del conocimiento y del "acceso a la educación pública para combatir el atraso" y mostró su satisfacción por haber puesto los pilares para la habilitación de la residencia universitaria el próximo curso.

El himno de Galicia cerró el acto tras el discurso de Alberto Núñez Feijóo y al que acudieron representates de la sociedad, empresa, cultura y política de la ciudad. Estuvieron los portavoces de los grupos municipales, salvo el popular Carlos Negreira, y algunos ediles, que se fotografiaron con el nuevo rector, Abalde. Y sobre todo, asistieron numerosos miembros de la comunidad universitaria.