La entrada de discapacitados de la Seguridad Social está en la calle Socorro. No tiene timbre al que los usuarios puedan pedir que les abran la puerta, así que necesitan la ayuda de otra persona para que les permitan el acceso a las instalaciones. Una vez salvado ese escollo, se encuentran con otro, con que la rampa acaba en un escalón, que les dificulta la entrada y con que no tiene la inclinación adecuada para que una persona en silla de ruedas pueda subirla o bajarla con seguridad. "Es un despropósito", resume Fran Carreira.