El bailarín y coreógrafo Víctor Ullate realizó en 1994 una versión del ballet El Amor Brujo de Manuel de Falla. Ahora, un siglo después del estreno de la obra, es el coreógrafo de una nueva versión del clásico interpretada por su propia compañía y dirigida por Eduardo Lao. La obra, de tintes sobrenaturales, narra la historia de la gitana Candela, enamorada de Carmelo pero acosada por el fantasma de su prometido José. Actúan hoy en el teatro Colón a las 20.00 horas.

-¿Cuál es la diferencia entre esta versión y la anterior?

-Pensé que era muy importante poder retomar la misma base pero haciendo una remodelación, con una estructuración diferente, algo que se diferenciara del otro. Esta versión de El Amor Brujo es muy actual. Introduzco audiovisuales, cosa que en el anterior no había, y toda la parte de la pitonisa es completamente diferente. He incluido música del grupo sueco In Slaughter Natives, que hacen una música muy gótica, muy extraña, que te mete dentro de un mundo oscuro, en la parte en la que Candela va en busca del espíritu de José. A ella le tortura ese fantasma y quiere entrar en el lugar en el que está, pero una vez allí se da cuenta de que es un mundo terrible del que desea salir. Ahí es cuando baila la danza del fuego para quitarse el espectro de encima y poder consumar el amor con Carmelo. Hoy día estamos acostumbrados a ver mucha fantasía en el cine, y esta obra te hace soñar.

-¿Esta versión tiene un cariz más oscuro, más pesadillesco?

-La otra versión también tenía una parte con murciélagos y demás. Pero ahora esta parte es mucho más intensa, mucho más fuerte, con música y coreografía diferentes. Hay cambios. Cuando vuelves a coger una obra tratas de mejorarla, y además los gustos cambian, tu visión cambia. Gracias a la edad, y a la experiencia, cada vez tienes más dominio de lo que haces.

-En la obra introduce tres canciones populares de De Falla, Nana, Polo y NanaPoloAsturiana

-Es que la música en sí de El Amor Brujo son 30 o 35 minutos. Muy poco para hacer toda una noche de música. He cogido las versiones de 1915 y 1925; he recuperado la parte del conjuro de Satanás que estaba presente en la versión de 1915 y la he integrado dentro de la obra; y también he introducido Nana, Polo y Asturiana. Aún con todo eso no tenía suficiente para dos horas de espectáculo, así que ya en la primera versión introduje música de Luis Delgado, y ahora también de In Slaughter Natives.

-¿Cómo hay que hacer la actualización para no perder el trasfondo gitano, andaluz, de la obra original de De Falla?

-He respetado muy bien la obra y he alargado parte de la historia, poniendo danza y música a momentos que no la tenían. Por ejemplo, la parte de la pelea, donde muere José, no tenía música. Por eso acudí a Luis Delgado, que hizo un tema musical para desarrollarla la pelea como un baile. También le pusimos música a la parte en la que Candela va en busca de José.

-¿Cómo ha sido el trabajo con Marlen Fuerte, la bailarina que interpreta a Candela?

-Es una bailarina maravillosa, que lleva mucho tiempo con nosotros y que se ha hecho con la compañía. Le han ofrecido trabajo fuera y sigue estando aquí porque le gusta el trabajo con la compañía Víctor Ullate. Un bailarín tiene que coger el estilo de una compañía, y ella ya tiene un estilo muy Ullate. Tiene unos registros impresionantes, cuando quiere ser dulce lo es, cuando quiere ser sexy lo es, cuando quiere tener carácter tiene el carácter que necesita. Este tipo de roles no lo puede hacer cualquiera. El papel de Carmelo lo hará Josué Ullate.

-¿Cómo es el estilo Ullate, qué le exige a los bailarines?

-La compañía se caracteriza por la gran técnica y personalidad de cada bailarín. Decirte cómo es mi personalidad dentro de la danza, es muy difícil. Tengo una raíz muy nuestra, muy española, que me gusta plasmar en mis coreografías. Ese perfume de lo español también está en El Amor Brujo.

-Para la realización de esta gira ha empeñado, incluso, su patrimonio personal.

-Mi compañía es privada, aunque gracias a Dios nos ayuda desde hace muchos años la comunidad de Madrid. Pero con la crisis se recortó el presupuesto, y hay dificultades. A veces, como en este caso tienes que coger créditos para que haya tesorería suficiente como para crear un ballet así. Uno siempre está exponiendo su patrimonio personal porque si no, no se harían las cosas. El Amor Brujo se ha estrenado en el Teatro Real y ha tenido un éxito maravilloso, tenemos giras internacionales, y eso hace que también inviertas en el producto que estás haciendo. Hay que seguir haciendo cosas nuevas. Además, con una obra tan personal y tan española como es esta... Me siento muy orgulloso de haber podido hacer una obra que quede para la posteridad.

-¿Los bailarines españoles todavía tienen que salir fuera del país para poder triunfar?

-Hombre, hay un refrán que lo dice todo: nadie es profeta en su tierra. Quizás si Tamara Rojo, si Joaquín de Luz se hubiesen quedado en España le habrá pasado un poco como a Eduardo Lao, que es un gran bailarín y está dirigiendo el ballet pero que igual no tiene la repercusión que consiguieron otros que se han marchado fuera. Pero eso es España, hijo (ríe). En otros países fomentan el arte en 100% y lo que nos pasa aquí con los jugadores de fútbol pasa allí con los bailarines. Ir a Londres y no ir al Royal Ballet no tiene mucho sentido, porque el ballet forma parte de la cultura del país. Y a ver si algún día nosotros también formamos parte de la cultura del país. Eso sería muy bueno.