Luis Gorrochategui es autor de La guerra de la sirena y de Contra Armada, sobre María Pita y la flota de Drake y Norris que asedió la ciudad en 1589. Ayer habló en el centro A Comuna acerca de las mujeres coruñesas durante el cerco.

-¿Cuántas mujeres combatieron en A Coruña?

-Al final del sitio entró en combate toda la población útil y, entre ella, más de mil mujeres.

-¿Cuáles fueron las tareas de las mujeres?

-En los primeros días del cerco, mantuvieron el avituallamiento de los hombres que estaban en la muralla y, cuando los ingleses intentaron minar la fortificación [cavando túneles para luego provocar una explosión bajo el muro y derrumbarlo], construyeron en su parte interna un enorme terraplén. Gracias a esto la muralla explotó hacia fuera, generando enormes pérdidas entre los atacantes y posibilitando la defensa de la muralla. También ayudaban a recargar las armas.

-¿Cómo participaron en la propia lucha?

-Desmontaron algunas casas intramuros para hacer acopio de piedras. En el momento crucial del cerco las mujeres arrojaron miles de adoquines contra los atacantes, y literalmente los descalabraron. Por último, cuando los ingleses, muchos más que los defensores, entraban en la ciudad, las mujeres lucharon cuerpo a cuerpo, armadas muchas veces con las espadas, picas, petos y morriones de sus difuntos maridos. Fueron un cuerpo estratégico de reserva que luchó donde más se lo necesitaba y en el momento propicio. Entraron en combate muchísimas mujeres y peleando a muerte; cayeron más de cincuenta en el momento del ataque.

-¿Era común, en esta época, que las mujeres se implicaran tanto en un asedio?

-El de A Coruña fue un caso extraordinario. Las mujeres participaron en otros hechos bélicos, pero en este se fueron concentrando las fuerzas atacantes y las defensoras hasta que en el momento final toda la población entró en combate. Y para entonces las mujeres ya son la mayoría de la población, puesto que muchos de los hombres ya estaban muertos o heridos.

-¿La hazaña de María Pita, abatiendo al alférez, se ajusta a la historia?

-Sí, rigurosamente histórica. Está recogida en los documentos coetáneos. Mató al único alférez inglés que entró a través de la brecha en la muralla. Se hizo famosísima en ese momento y fue ampliamente recompensada por Felipe III.

-¿Por qué se implicó tanto en la defensa la población coruñesa?

-Los ingleses habían anunciado que si la ciudad no se rendía utilizarían todo el rigor de la guerra si la tomaban. Si entraban en A Coruña iban a hacer una masacre general. Los coruñeses se defendieron a muerte porque no tenían nada que perder. Las mujeres luchaban por su ciudad, sus hijos. Fue un acto de heroísmo colectivo y sin cuartel.

-Después de ser rechazada en A Coruña, la armada inglesa atacó las Rías Baixas y Vigo.

-Al salir de A Coruña fueron a Lisboa, pero allí fueron derrotados con enormes pérdidas. En el viaje de vuelta pararon en la ría de Vigo y tenían gravísimos problemas de agua, enfermedades. Atacaron Vigo, que en aquel entonces era un pueblo pequeño de no más de dos mil habitantes, y lo devastaron.

-¿Influyó en la derrota inglesa que el liderazgo estuviese dividido entre Norris y Drake?

-Fracasaron por la defensa a ultranza de A Coruña. Tenía buena artillería, buena infantería, un mando militar único, pólvora y munición, y la ciudad se defendió como un gato panza arriba. Es un hecho de armas muy sorprendente en la historia universal de los cercos.

-¿A qué se debió la victoria de los defensores de A Coruña?

-En A Coruña había soldados viejos, esto es, tropas experimentadas, que tuvieron un papel fundamental. Y las milicias coruñesas estaban muy bien entrenadas porque A Coruña era una ciudad de realengo. En ella estaba el marqués de Cerralbo, la máxima autoridad política, judicial y militar de Galicia, y un sargento mayor de los viejos tercios de infantería española, Luis de León. Había un orden estricto en la defensa, protagonizada por militares profesionales y de gran experiencia. En A Coruña los ingleses se desmoralizaron, y cuando atacaron Lisboa, los españoles los aplastaron.