Uno de los porteros de una céntrica discoteca de la ciudad se sentará en el banquillo de los acusados por propinarle una paliza a un cliente. La Fiscalía reclama que sea condenado a dos años de prisión, mientras que la acusación particular exige cinco años de cárcel. Los hechos sucedieron el 22 de agosto de 2014 sobre las cinco y media de la madrugada. El afectado se encontraba en el interior del establecimiento cuando se originó un altercado entre varias personas, dos de las cuales se cayeron al suelo. La víctima, que no había participado en el incidente, según destacan las acusaciones en sus informes, trataba de auxiliar a uno de los jóvenes que estaba en el suelo cuando el acusado los separó.

El afectado y el portero intercambiaron unas palabras y, de pronto, el procesado le propinó una patada en el estómago y un puñetazo y lo tiró al suelo. Después, lo arrastró por el suelo hasta el exterior del local, momento en el que el perjudicado intentó zafarse y le mordió en el gemelo izquierdo y en una mano. Una vez que lo llevó por la fuerza fuera del local, le asestó dos puñetazos en la cara y lo dejó tendido en el suelo.

Las cámaras de seguridad del recinto, según fuentes judiciales, grabaron la paliza que le dio el portero al cliente de la discoteca. El imputado no se percató de la ubicación de las videocámaras. El joven sufrió varias lesiones, entre ellas la rotura de la mandíbula. En curar tardó 49 días, siete de los cuales estuvo impedido para realizar sus tareas habituales; y dos permaneció hospitalizado. El afectado tuvo que ser operado con anestesia general y le quedaron secuelas en la mandíbula y una cicatriz en la cara, según consta en el informe realizado por el médico forense.

El representante del Ministerio público demanda al juez que le imponga, además de dos años de cárcel, el pago de una indemnización de 9.714 euros. El abogado de la víctima, el penalista Diego Reboredo, reclama que le abone a su cliente 14.714 euros y que sea sentenciado a cinco años de prisión como autor de un delito de lesiones con la agravante de alevosía, ya que el perjudicado no tuvo posibilidad de defensa ante el ataque sorpresivo del acusado.

La discoteca, insolvente

El Juzgado de Instrucción número 2 de A Coruña declaró insolvente a la conocida discoteca, ya que destaca que "no se le conocen bienes susceptibles de embargo". El órgano jurisdiccional indica que requirió a la empresa que depositara una fianza para asegurar las responsabilidades que pudieran imponérsele en la sentencia por la agresión de su portero a la víctima. La compañía no entregó el dinero, por lo que se procedió a investigar sus bienes. El juzgado señala en el auto que carece de propiedades susceptibles de embargo, por lo que la declara insolvente.