La institución Padre Rubinos ha puesto a disposición del Concello las antiguas instalaciones de la organización en Labañou para que las habilite y sirvan de sede para otras entidades sociales de la ciudad.

El presidente de la institución benéfica, Eduardo Aceña, explicó ayer que el objetivo es que se mantenga la filosofía con la que fueron creadas y recalcó que la concejal de Igualdade e Diversidade, Rocío Fraga, había visitado ya las instalaciones. El Gobierno local indica que técnicos municipales han acudido a Labañou para realizar unos planos de los que carecía la entidad, para saber cuál es el espacio del que dispone -algunas partes del complejo están ya ocupadas-, cómo lo podría reformular y cuáles serían las obras necesarias para convertirlo en una sede compartida para otras asociaciones que trabajan en la ciudad.

Fuentes municipales explican que ya hay entidades que han solicitado poder tener su sede en las antiguas dependencias de Padre Rubinos, tanto a través de la entidad como del Concello. El Gobierno local asegura que tendrá en cuenta todas estas peticiones, así como las de otras entidades que tengan problemas de espacio para desarrollar su labor. Que las instalaciones de Padre Rubinos siguiesen teniendo un uso social se había pactado ya con el anterior Ejecutivo municipal, un compromiso que Marea mantiene.

Recogida de ropa

La concejal de Medio Ambiente, María García, y el presidente de Padre Rubinos, Eduardo Aceña, presentaron ayer el proyecto de recogida selectiva de ropa usada. Desde ayer y hasta finales de febrero, se colocarán en diferentes puntos de la ciudad contenedores blancos destinados a estos residuos textiles. El plan se ampliará hasta llegar a 125 depósitos en el mes de junio.

María García explicó ayer que, de este modo, se descentraliza la recogida que, hasta ahora, se hacía sobre todo, en los puntos limpios. Los lugares elegidos para la implantación de los primeros contenedores son edificios municipales, como centros cívicos -San Diego, O Castrillón, Palavea, Feáns, Mesoiro, Os Mallos, Monelos y Os Rosales-, y mercados -Ramón Cabanillas, As Conchiñas, Elviña, Adormideras, Monte Alto y plaza de Lugo-, aunque también hay otros inmuebles y lugares públicos en los que se instalarán puntos de recogida, tales como el Fórum Metropolitano, el polideportivo de O Ventorrillo, las plazas de Santa Catalina y Pontevedra, el ambulatorio de San José, el Campo de Marte, la farmacia militar y la propia sede de Padre Rubinos. Este plan contará, además, con un servicio de recogida a domicilio, que se podrá solicitar a través del teléfono 981 909 292.

El objetivo de esta iniciativa es doble, por una parte, se mantendrá el de vestir a las personas que lo necesiten, tanto a los usuarios del albergue de transeúntes de Padre Rubinos como a las familias que lo soliciten. Y, por otro, el económico, ya que la ropa que, por su estado, no fuese posible reutilizar, la entidad la venderá a una empresa que se dedica al reciclaje de textiles para darles una nueva utilidad.

El Concello y la entidad prevén crear cinco puestos de trabajo entre personas en exclusión social con este programa. "Tenemos que aprovechar este tipo de recursos valorizables, que revisten interés económico, para conseguir una mayor igualdad y mayor inserción laboral de la ciudadanía", explicó García, que abogó por facilitar que los vecinos "separen los residuos en casa" para que la ropa no aparezca "en el contenedor amarillo y, posteriormente, en la planta de tratamiento".

En abril de 2015, cuando se aprobó que esta iniciativa de recogida de recursos textiles la hiciese Padre Rubinos, otras dos entidades sociales, Equus Zebra y Arquitectura Sen Fronteiras, se quejaron porque el Ejecutivo municipal, entonces con mayoría absoluta del PP, no se había "tomado en serio" sus proyectos. Equus Zebra, que gestiona desde hace años una empresa de recogida de ropa usada, con contenedores en 17 ayuntamientos gallegos -ninguno en A Coruña- había denunciado que este servicio podría abocarles a una reducción de su plantilla, ya que preveían que disminuyesen las aportaciones de los vecinos en sus contenedores.