El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, evitó responder ayer en el Parlamento qué relación tiene con el empresario Francisco Ramón de Lucas, conocido como Pachi Lucas, señalado como "conseguidor" de contratos públicos por Gerardo Crespo, supuesto cabecilla de la trama de presunto fraude en ayudas públicas para cursos de formación. La pregunta se la formuló el portavoz parlamentario del PSdeG, José Luis Méndez Romeu, a quien Feijóo le echó en cara los casos de corrupción en los que se han visto implicados cargos socialistas sin aclarar en ningún momento su vínculo con Lucas, investigado -figura judicial que sustituye a la de imputado- por un delito de tráfico de influencias en el marco de la operación Zeta, ni las funciones que este desempeñaba como "comisionista de una trama de fraude", tal como Méndez Romeu dijo que aparece señalado en el sumario del caso.

Feijóo no pudo evitar esta vez escuchar una pregunta de la oposición por su relación con Lucas, después de que la semana pasada el PP vetase su comparecencia en el Parlamento a petición del PSOE y el BNG por la investigación de la Zeta. La juez amplió sus pesquisas a 25 investigados más, entre ellos el empresario al que Crespo se refiere como "conseguidor" en conversaciones grabadas y altos cargos de la Xunta y el Estado del Gobierno bipartito y del Ejecutivo popular. En su respuesta Feijóo regateo cualquier aclaración y se centró en reprochar a los socialistas su relación con el propio Crespo y la vinculación de cargos -de los que hizo alusiones, como José Ramón Gómez Besteiro, investigado en el caso O Garañón- con otras tramas corruptas.

Feijóo reiteró que fue la Xunta la que presentó una denuncia que puso en marcha la investigación y recordó a Méndez Romeu que cuando gobernaba el bipartito del PSOE y el BNG ningún partido promovió seguir la pista a la actividad de las empresas de Crespo. El portavoz socialista calificó al presidente como "cándida paloma" y le criticó por tolerar "comportamientos corruptos en su entorno político y personal". Ambos se atribuyeron mutuamente "amistades peligrosas" y el líder popular concluyó recalcando que sus "únicos amigos son los intereses generales de Galicia".