Matemáticas es uno de los "huesos" por excelencia de la educación Secundaria. Para facilitar su aprendizaje, el IES Eduardo Blanco Amor de Culleredo ha optado a un contrato-programa para mejorar las competencias de cálculo a través de herramientas más "amenas" para los estudiantes. "El propio departamento elabora material para hacer las matemáticas más entretenidas y está probado que funciona", afirma la directora, Carmen Rodríguez-Trelles.

Para fomentar la convivencia y las actividades entre la comunidad educativa del instituto, el Blanco Amor también ha optado al programa de Educación para el ocio, en el marco del cual organizan una liga interna de fútbol compuesta por equipos de cada aula. "Llegamos a tener hasta a 600 personas viendo uno de estos partidos", remarca.

La idea de esta iniciativa también es la de fomentar la participación de los estudiantes en la vida del centro, delegando en ellos la organización de actividades como el Carnaval. "Así aprenden a coordinarse y a trabajar por ellos mismos", afirma la directora, que pone el foco en que se logre enseñar a los jóvenes maneras de pasar el tiempo libre haciendo actividades que reporten cierto aprendizaje. "Por eso siempre intentamos concienciar a los padres de que nunca sancionen a sus hijos quitando un deporte, porque es algo que les forma" asegura.

Hace tres años, el centro fue el promotor de otro de los programas para mejora de la convivencia que ahora se aplica en otros centros de Galicia. La iniciativa consistía en crear un aula especial con "tutores de convivencia" durante uno de los dos recreos del día y a la que envían a los alumnos que habían tenido un mal comportamiento. "Los profesores aprovechan este tiempo para hablar con ellos y hacerles reflexionar. En ocasiones, cuando el alumno está a solas, es un momento en el que se sincera con el tutor y eso ayuda a entender mejor qué les pasa", afirma Rodríguez-Trelles.

La directora asegura que desde que el programa se puso en marcha hace tres años el ambiente del centro ha mejorado y algunos alumnos se lo piensan dos veces antes de recurrir a las malas formas. "Si portarse mal va a implicar quedarse sin jugar con el equipo de su clase en la liga interna, preferirá no hacerlo", afirma.