Sufrieron un gravísimo accidente de tráfico que transformó sus vidas por completo. Ángel se mueve desde hace doce años en una silla de ruedas a la que le condenó una tetraplejia. Martín perdió una pierna. Iván las dos. No solo tienen en común la limitación severa de su movilidad, también les une el deporte, recurso y herramienta de salvación con la que han rehecho sus vidas, afrontado con vitalidad sus diversidades funcionales y buscado y peleado por una forma de inclusión normalizada en la sociedad.

"Inclusión es hacer lo mismo que los demás. Queremos ser uno más entre los demás y ser felices. Nos molesta que haya un bloqueo psicológico que hace que mucha gente nos vea diferentes", expresa con reivindicación Martín Varela, tenista, de los mejores del mundo en silla de ruedas y campeón de España. Como él piensan Ángel López, triatleta, e Iván Moreno, ciclista. Ayer contaron sus experiencias en un acto del proyecto Enki, iniciativa integradora promovida por la Fundación Abrente.

Cómo asumieron el dolor tras sus accidentes y durante su recuperación, cómo se adaptaron a una realidad diferente, cómo encontraron en el deporte, que algunos ya practicaban antes, una forma de "ser útiles". "En la vida he mejorado muchísimo gracias al triatlón", confiesa Ángel López, que durante los seis años que sucedieron a su accidente necesitó ayuda para todo. "Vivimos del deporte, es lo que nos motiva, pero necesitamos ayudas técnicas porque los equipos que utilizamos son carísimos", cuenta Iván Montero, que se ha colgado medallas en competiciones nacionales en su modelo de handbike.

Tras los testimonios, los tres deportistas invitaron a periodistas coruñeses a compartir sus sensaciones deportivas en el hall de la Casa del Agua: a montarse en sus bicicletas especiales con las que se compite en ciclismo y triatlón y pedalear con las manos, a moverse en las sillas de ruedas con las que se juega al tenis y a dirigir a portería un balón con cascabel con una venda delante de los ojos.

La actividad sirvió para que los informadores se pusieran unos minutos en el cuerpo limitado de estos deportistas y se esforzasen por dominar sus aparatos para avanzar, golpear la bola o chutar un balón. Unos se adaptaron con naturalidad, otros con más dificultades.

La mitología mesopotámica da nombre al proyecto de la Fundación Abrente -apoyado por La Caixa, la Fundación María José Jove y el Ayuntamiento- que impulsa la inclusión de las personas con diversidad funcional. Enki, un dios que nunca se dio por vencido, convirtió las desventajas de los imperfectos en algo útil para la sociedad y su entorno. Con ese espíritu y para difundir sus experiencias y esfuerzos por la superación, Ángel López, Martín Varela e Iván Montero comenzaron a visitar el pasado otoño una veintena de colegios de A Coruña. Unos mil escolares les transmitieron dudas que a muchos adultos les da reparo preguntar: ¿podéis tener hijos?, ¿os quieren igual vuestros familiares?... "Ser tratados como los demás, eso es lo que queremos", les respondieron.