El decomiso de marisco en el interior de la provincia de A Coruña extraído ilegalmente pasó de los diez kilos de 2014 a los 1.345 de 2015. La Consellería do Mar se inacautó, además, de siete aperos de marisqueo. Estas operaciones se acometieron en carreteras, supermercados y restaurantes. El 1 de julio del año pasado entró en vigor la modificación del Código Penal que califica el furtivismo como delito. Una medida que los mariscadores con carné creían que iba a arredrar a los furtivos de los bancos productivos, aunque, finalmente, no fue así.

Las cofradías de pescadores, así como los cuerpos y fuerzas de seguridad -Guardia Civil, Policía Local, Autonómica y Nacional-, miembros de la Xunta, entre ellos, el subdirector general de Guardacostas, Lino Sexto participaron en nueve reuniones de trabajo -que llegaron a su fin en septiembre del año pasado- para tratar de combatir el furtivismo en las rías gallegas. En esas mesas, la Policía Local mostró su disposición a colaborar en la lucha contra esta actividad, en la identificación de las personas que venden productos extraídos ilegalmente. Entonces, el patrón mayor de la Cofradía, Felipe Canosa, apuntó que se había reducido la actividad de los furtivos en la ría de A Coruña a partir de la reforma del Código Penal.

Este comportamiento, sin embargo, no duró mucho, ya que, tan solo un mes después, los mariscadores que faenan en la ría de O Burgo, advertían de que, al no haber una vigilancia constante en el estuario, los furtivos habían vuelto a bajar a los bancos marisqueros. A diferencia de su actividad en las primeras semanas de julio y agosto, los furtivos ya no se escondían, sino que capturaban los bivalvos a plena luz del día. Los mariscadores con carné denuncian que, a pesar de las llamadas y de las peticiones para que se intercepte a los furtivos, los efectivos de seguridad no aparecen en el estuario y que eso ha hecho que los mariscadores que trabajan de manera ilegal pierdan el miedo a que se les impute un delito por extracción sin permiso de bivalvos.

La Policía Autonómica solo detuvo a una persona en la ría de O Burgo por furtivismo durante el año pasado. Con ese arresto y con 33 denuncias se saldaron los primeros seis meses de vigencia d este nuevo delito.

La Policía Autonómica desarrolló durante el año pasado once dispositivos en el estuario coruñés, donde identificó a 122 personas y realizó 73 inspecciones. A estas actuaciones sumó siete controles en las carreteras en los que se inspeccionaron 47 vehículos sospechosos de transportar producto extraído de forma ilegal.

Los mariscadores con carné demandan más vigilancia en el estuario, sobre todo ahora, cuando su situación económica es tan complicada, debido a la poca productividad de la ría -calculan que en veinte años ha perdido el 60% de su capacidad de cría, pasando del 80% al 20%-, a la mortalidad de la almeja, que cifran en un 20% y a los continuos cierres vividos durante el año pasado, por los altos niveles de hidrocarburos y también por las toxinas.

Los mariscadores se quejan también de que el poco marisco que hay -no llegan a cubrir el 50% del límite de captura por trabajador y día- se lo llevan los furtivos, lo que empeora su situación.