Potabilizar agua es una tarea que requiere las máximas medidas de seguridad para garantizar que sea apta para consumo humano y para evitar cualquier incidente en las propias presas. Uno de los instrumentos que tiene el embalse de Cecebre es un péndulo que sirve para medir lo que se mueve la estructura con el paso del tiempo. El director técnico de Emalcsa, José Manuel Orejón, explica que este aparato sirve para medir lo que se desplaza para adaptarse a los movimientos de tierra. "Si no se mueve, es malo", asegura este empleado de la empresa de aguas coruñesa.

La Empresa Municipal de Aguas de A Coruña, Emalcsa, inspecciona a diario el embalse de Cecebre para comprobar que no hay ninguna anomalía en la estructura. Una vez a la semana realiza una supervisión exhaustiva, en la que los técnicos realizan varias lecturas, según explica el director técnico de la empresa. Comprueban el estado de todas las tuberías que hay en el interior de la estructura para su correcto funcionamiento. Una de las tareas que deben realizar los operarios es comprobar que las filtraciones de agua que hay en el interior se producen con normalidad. La presa cuenta con un sistema que permite evacuar la humedad que se acumula en la estructura de hormigón, que no es impermeable.

José Manuel Orejón relata que la empresa realiza un control sobre los caudales de salida y entrada de agua. "Tenemos un control de calidad y una estación meteorológica", señala. Este último elemento permite prever si va a haber un aumento del caudal de los ríos. Uno de los operarios contratados por Emalcsa para realizar el control de la presa es Gonzalo Losada (Prointega Ingeniería), que destaca que hay tres estaciones en los ríos Mero y Barcés que sirven para controlar el caudal. Añade que hay otra antes de llegar a la planta de A Telva. "Nos interesa controlar el mayor número de parámetros posibles", asegura José Manuel Orejón.

La regulación de la presa está marcada por unas normas de explotación predefinidas que son las que establecen los niveles que debe haber en el embalse y cómo se debe actuar en cada caso. Este reglamento es el que marca que en invierno el agua embalsada no puede superar el 70%, según destaca el director técnico de Emalcsa. Actualmente la presa está al 60% de su capacidad.

Los gestores de la presa también tienen que tener previstas situaciones de emergencia. Emalcsa dispone de unos protocolos que deben aplicar si sucede algún incidente. Hace pocos meses la empresa tuvo que construir un nuevo punto de reunión para atender emergencias en una zona que no se inunde en caso de rotura en la presa. La pequeña edificación con la que contaba se encontraba pocos metros después de las compuertas. Estas adaptaciones continúan en la actualidad. José Manuel Orejón indica que ahora la empresa ya trabaja en la instalación de un sistema de sirenas que cuesta 200.000 euros. "Tendrá un coste de mantenimiento, pero hay que tenerlo previsto para emergencias", señala. Gonzalo Losada explica que además se deben realizar simulacros.