Gobierno local y PSOE mantienen congeladas las negociaciones del presupuesto municipal desde el 29 de enero, después de que los socialistas decidiesen suspender las conversaciones al considerar que el Ejecutivo se estaba comportando de manera "desleal". Aunque el diseño de las cuentas se encuentra fuera de su orden del día, el pleno de este jueves sentará por primera vez frente a frente a Marea y PSOE desde que se rompieron los contactos y se anticipa como clave para medir la sintonía entre ambas partes ante una hipotética reapertura de la negociación.

Ambos bandos de la mesa han permanecido atrincherados en sus posiciones durante la última semana, reclamando mutuamente un gesto que ninguna de las dos partes ha dado. El alcalde, Xulio Ferreiro, manifestó el pasado viernes en la Junta de Portavoces su voluntad de mantener al PSOE como socio preferente de las negociaciones pero advirtió de que, en caso de no haber avances, no descartaría abrir las conversaciones a PP y BNG.

El plan de Ferreiro era aprobar las cuentas en febrero, algo que actualmente se antoja difícil después de estas semanas de paréntesis. Desde el Ejecutivo, sin embargo, aseguran que tienen "plan B y C" en caso de que las cuentas no salgan adelante. Si no se dan aprobado los nuevos presupuestos, el Concello tendría que ser gestionado lo que resta de año con los presupuestos de 2015, elaborados por el anterior Gobierno local del PP. Esto supone un inconveniente importante a la hora de planificar nuevas políticas e inversiones, que estarían mucho más limitadas.

Como contrapartida, y de acuerdo con la ley de reforma local aprobada por el PP en 2013, el Gobierno local tendría la posibilidad de aprobar en 2017 sus presupuestos en Junta de Gobierno, sin necesidad del visto bueno del pleno.

Los socialistas exigen al Gobierno más datos sobre el proyectos de presupuestos de Marea y le reprochan que hubiese presentado el jueves un plan de empleo que, dicen, todavía no había sido consensuado. El pleno determinará si es posible reconducir el diálogo a dos o si la mesa con el PSOE es una vía casi muerta.