Desde octubre, el pleno municipal de A Coruña arranca con un minuto de silencio para cada asesinada en el último mes en crímenes machistas. En enero fueron ocho minutos; ayer, seis. Este gesto, fruto del acuerdo unánime adoptado por la Corporación municipal en septiembre, ayuda a dar visibilidad a una lacra social que exige un compromiso también unánime de toda la sociedad para ponerle fin. Más allá de su propio simbolismo, seis minutos de silencio consecutivos antes de un pleno, como los de ayer, instan a pararse para ser conscientes de la violencia de este problema. El objetivo debe ser que no haya que guardar ni uno.