El atisbo de acercamiento con el PSOE sobre el presupuesto municipal que el jueves vio el Gobierno local durante el pleno se diluyó en la mañana de ayer con el último intento realizado por la concejal de Facenda, Eugenia Vieito, quien obtuvo una respuesta negativa del portavoz socialista, José Manuel Dapena, a un cambio de actitud de su grupo sobre la negociación. Ante esa situación, el alcalde, Xulio Ferreiro, anunció ayer la apertura de las conversaciones a todos los grupos de la Corporación, aunque sin excluir a los socialistas, con el objetivo de intentar alcanzar un acuerdo este mes y llevar el proyecto presupuestario al pleno a comienzos de marzo.

La reacción del PSOE fue la de insistir en su acusación de "deslealtad" a Marea Atlántica por su actuación en las conversaciones, en las que aseguró que se le exigía ponerse "una venda en los ojos", mientras que el PP aceptó sumarse a la búsqueda de un acuerdo aunque con la advertencia de que no tomará parte en un "paripé". El BNG se mostró dispuesto a entrar en la negociación, pero siempre que sea para aplicar "políticas nuevas".

"Fuimos conciliadores y pacientes y le dimos las oportunidades que pudimos al PSOE en esta negociación bilateral", explicó Ferreiro para justificar la ruptura de las conversaciones en exclusiva con los socialistas, que consideró imposibles de prolongar porque el Gobierno local no puede "seguir esperando a que el PSOE decida lo que quiere hacer". El alcalde expresó su deseo de que los grupos de la oposición muestren "voluntad de negociar" o que al menos "no entorpezcan la labor de gobierno", para lo que si no quieren apoyar con sus votos el presupuesto, que permitan que Marea lo haga con los suyos. Ferreiro anunció que el lunes se establecerá el calendario de reuniones con los portavoces de los grupos políticos para iniciar la nueva negociación, en la que pretende que haya "propuestas concretas" que dijo estar dispuesto a incorporar.

Ante la posibilidad de que el Partido Popular exija a Marea la renuncia a alguna de sus promesas electorales, Ferreiro advirtió de que esas políticas "tendrán que estar" en el presupuesto. "Se trata no de renunciar, sino de incorporar propuestas que otros grupos puedan traer", explicó el regidor. Sobre el fracaso de un acuerdo bilateral con el PSOE, Ferreiro afirmó que Marea tuvo una disposición "máxima a negociar" pero que tras 60 días de conversaciones el único resultado fueron "unas acusaciones bastante abstractas sobre una supuesta deslealtad". El alcalde negó además que se ocultase información al PSOE sobre las cuentas, sino que sus peticiones en este sentido eran "irrazonables" porque exigían conocer el destino de cada euro. "Cualquiera que haya negociado unos presupuestos sabe que estos no va a ese nivel de detalle, sino que son propuestas de gasto", aclaró Ferreiro, para quien esta actitud puede tener relación con que el PSOE "no tiene experiencia, no sabe o no tiene intención de llegar a acuerdos". También vinculó el regidor esta postura con la "indefinición" en la que considera que el partido socialista "lleva mucho tiempo" tanto en A Coruña como en Galicia y en España.

El portavoz socialista, José Manuel Dapena, declaró que el alcalde tendrá que decidir "si prefiere mantener una relación de lealtad con el PSOE", así como si ofrecerá "garantías de que cumplirá los acuerdos alcanzados" o negociar con el PP. Dapena admitió la libertad que el regidor posee para negociar las cuentas pero que también debe explicar por qué incorpora a los populares a las conversaciones. Para los socialistas, la "actitud desleal" de Marea se concreta en que no respetó los tiempos de negociación al presentar los presupuestos por áreas como documentos cerrados al tiempo que se debatían y en que no cumplió los acuerdos alcanzados.

El PP anunció que acudirá a las negociaciones, pero que no para "participar en un paripé", por lo que exigió una "participación activa" en la elaboración del proyecto. El concejal Miguel Lorenzo manifestó que el PP asistirá a las reuniones pero no como "convidados de piedra", ya que deben tenerse en cuenta sus opiniones y sus "críticas constructivas". Los populares alertaron de que no hay "mucho margen de tiempo para negociar un documento tan complejo", por lo que calificaron de "llamativa" la oferta del alcalde y expresaron su temor a que solo se busque "una foto sin una verdadera intención de diálogo".

El BNG aceptó participar en la negociación, aunque para aplicar "políticas nuevas", según su portavoz, Avia Veira, quien destacó el "tiempo perdido" en la negociación con el PSOE. La nacionalista advirtió a Marea de que el mandato del PP se caracterizó a su juicio por medida "antisociales, sin inversiones reales en las personas ni en los barrios", por lo que se cuestionó el objetivo de incluir a esta formación en las negociaciones.