La periodista y activista en defensa de los derechos animales Ruth Toledano dará esta tarde a las 19.30 horas una conferencia en el Museo de Arte Contemporáneo (MAC), en el marco de la exposición del pintor gallego Lino Lago Esto no es una pipa. Se trata de la primera muestra artística en el Estado en la que la injusticia animal es protagonista. Toledano fue agredida en 2014 por participar en los actos de protesta contra el Toro de la Vega. En esta entrevista analiza los por qués de la reivindicación animalista y su relación con el arte.

-Arte y la reivindicación de los derechos animales, juntos por primera vez en una exposición. ¿Por qué es esto importante?

-No es habitual ver una exposición centrada en la cuestión de los animales no humanos y su sufrimiento. Desde la filosofía, el mundo académico o la abogacía sí se están abordando las relaciones violentas que mantenemos con ellos. El mundo del arte, en cierto modo, se había quedado un poco al margen.

-¿Por qué cree que ha ocurrido esto?

-Quizás porque es un tema que incomoda en los circuitos más mercantilistas y frívolos de la cultura. Ha habido artistas cotizados que han dado su visión sobre la pobreza pero nunca han traspasado la frontera de la especie humana. También ocurre que en el Estado español la "fiesta nacional" es la tortura animal. Que esto se haya considerado una fiesta, quizás nos haya alejado de esto.

-¿Dónde está el límite de lo permisible a la hora de emplear animales en espectáculos?

-Está en el uso de un animal como un elemento para la propia diversión. Estoy en contra de cualquier festejo que utilice animales, que en muchos casos, como ocurre en los circos, tienen que pasar antes por procesos muy crueles de adiestramiento. En Galicia, en la rapa das bestas, por ejemplo, los animales no querrían estar ahí pero son forzados y acosados. No olvidemos que los animales no humanos sufren y les gustaría estar en compañía de los suyos.

-¿Esto no van en contra de algo tan básico como la ganadería?

-Yo soy vegana por respeto a los animales no humanos, que son individuos, con sus propios intereses y que aspiran a su bienestar y a su tranquilidad, como los animales humanos. Tienen el mismo derecho que nosotros a vivir en este planeta sin ser explotados.

-En un sistema justo, ¿considera que se debería prohibir el consumo de carne animal?

-Un mundo ideal sería un mundo vegano, pero soy consciente de que vivimos en un sistema que ha propiciado la explotación masiva en las granjas de cría. Todo eso merece una reflexión no solo para la supervivencia de los animales sino también de los humanos. Alimentar toda esa cabaña ganadera está calentando el planeta, acabando con los recursos que podrían alimentar a los humanos. Estoy esperanzada con las políticas del cambio que están llegando. En algunos casos, como en A Coruña, han eliminado subvenciones para espectáculos cruentos con animales o han declarados los municipios libres de circos para animales. Parecen pequeñas cosas pero a los animales les están resultando buenas. Si ellos pudieran hablar estarían muy agradecidos.

-Ha sido crítica con la experimentación animal con fines científicos. ¿No va contra los propios intereses del ser humano?

-Existen alternativas a la experimentación con animales en las que ya se invierten recursos. En Alemania hay una asociación con más de 2.000 médicos contra estas prácticas. Hay todo un negocio de cría de animales para la experimentación que es una rueda en la que la clase científica está metida y que no se ha cuestionado. Mi opinión es que no tenemos derecho a usar animales en nuestro propio beneficio.