Las islas de San Pedro, el archipiélago situado frente a O Portiño, tienen la declaración de Espacio Natural de Interés Local (ENIL) desde junio de 2009. Pero ese nivel de protección ambiental es provisional, ya que el Gobierno local bajo el que obtuvieron esta calificación, que formaban PSOE y BNG, no completó la documentación necesarias exigida por la Dirección Xeral de Conservación da Natureza para recibir la declaración definitiva. El Ejecutivo del PP nunca sacó el asunto del cajón. El actual Gobierno de Marea prevé recuperar y ampliar la protección natural de las islas tras la presentación de un nuevo plan de conservación que deberá ser aprobado por la Xunta, según explican fuentes municipales a preguntas sobre el estado el proceso.

El área de Medio Ambiente afrontará esta tramitación "por el especial interés de la zona tanto a nivel ecológico como patrimonial y cultural", apuntan las mismas fuentes, que añaden que el Ayuntamiento estudia extender esta declaración de origen municipal a otras zonas del territorio del concello. Para ello el Gobierno local deberá diseñar un plan de conservación del archipiélago que aporte mejoras al proyecto inicial que presentó en su día el bipartito municipal para recibir la protección provisional, una exigencia que no se ha cumplido desde hace seis años y que tendrá que recibir la aprobación del Gobierno gallego.

Cuando las tres islas de San Pedro y el conjunto de islotes que las rodean fueron declarados ENIL el Ejecutivo municipal de entonces, que también quería solicitar a la Xunta la misma protección para punta Herminia, pretendía en primer lugar desratizar el entorno, limpiar el archipiélago de residuos orgánicos e inorgánicos, desarrollar proyectos de investigación e instalar un observatorio de aves; incluso proyectaba indicaciones para visitantes que accediesen a las islas desde el mar. Ahora el Gobierno de Marea prevé en principio obtener la declaración definitiva de Espacio Natural de Interés Local.

Las islas de San Pedro tienen una superficie de siete hectáreas y están separadas de la costa por un canal de unos 300 metros de anchura a lo largo de un kilómetro.