Los partidos de la oposición, a excepción del BNG, salieron ayer en tromba contra el nuevo calendario de pago del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) aprobado por el Gobierno municipal. A partir de 2016, el tributo se tendrá que abonar entre mayo y julio mientras que hasta ahora se pagaba entre el 15 de septiembre al 5 de diciembre.

El PP, que llevará al próximo pleno una moción sobre este asunto para pedir su anulación, considera que el cambio "ahoga" la economía de los coruñeses y supone una aprobación "por la puerta de atrás". El PSOE, por su parte, asegura que la modificación es una "deslealtad negociadora" de la Marea, y comparte la idea del PP de que el adelanto "estrangula" las economías familiares. Misma posición mantiene Ciudadanos, quien acusa al Gobierno local de "traspasar a la ciudadanía" los problemas de falta de liquidez a mitad de ejercicio.

El alcalde, Xulio Ferreiro, defendió que el adelantó aliviará la presión fiscal al repartir el pago de impuestos a lo largo del año. "La idea es espaciarlos y que la gente tenga más desahogo", afirmó, tras señalar que esta redistribución del pago a lo largo del año es una recomendación del tesorero municipal.