"Soy voluntaria de la Fundación +34 porque mi situación es similar", explica Marga, la panadera de Arteixo que dio la noticia a la familia de José Antonio Blanco de que estaba vivofamilia José Antonio Blanco. Su hermano también cumple condena en una prisión peruana por prestarse a ser correo de la droga. "Casi todos los españoles que están en las cárceles de Perúcárceles de Perú están por lo mismo. Desde que empezó la crisis, los casos se incrementaron. Les ofrecían dinero por ser burriers burriersa personas desesperadas, con órdenes de desahucio, con deudas... y muchos aceptaron", comenta Marga, uno de ellos, como José Antonio, fue su hermano.

A diferencia de la familia Blanco, la suya supo "desde el minuto uno" que le habían pillado. "Entonces, no sabes qué hacer, te sientes perdida, no sabes por donde tirar porque eres de clase media, trabajadora, y nunca tuviste estos problemas con la Justicia", explica Marga.

Un día, por casualidad, escuchó en la radio que existía la Fundación +34 y se hizo voluntaria, para que todo lo que ella había aprendido a marchas forzadas, fuese una experiencia válida para otras familias en la misma situación. Su lucha, como la de la Fundación +34, está en conseguir que los presos tengan un cumplimiento de condena digno, sin que el primer día que llegan a la cárcel les digan a quien tienen que pagar para seguir vivos, con medicinas y medidas higiénicas a su alcance. En resumen, como las personas que son. Sin miedo a morir.