El cantautor malagueño Juan Gómez, más conocido como El Kanka desde que en 2007 iniciara su carrera en solitario después de liderar el grupo Doctor Desastre, presentará hoy su último álbum De pana y rubí a las 22.30 horas en un concierto en la Mardi Gras para el que las entradas están agotadas. Los fans que no puedan asistir a esta actuación, podrán adquirir entradas a un precio de cinco euros para acudir mañana a las 20.00 horas al concierto que los dos músicos que acompañarán a El Kanka esta noche, El Manin y Álvaro Ruiz, darán en la misma sala.

-¿Cómo empieza su periplo en el mundo de la música?

-Cuando estaba estudiando Económicas en Málaga ya tocaba canciones de otros músicos a la guitarra. Dejé la carrera y probé suerte con Filosofía al tiempo que estudiaba piano en el conservatorio, y en ese momento, empecé a interesarme más por la música a nivel profesional. Con el tiempo, comencé a componer mis propias canciones, monté el grupo Doctor Desastre y, aunque no terminé Filosofía, gracias a una beca Séneca que me concedieron en la carrera, pude ir a Madrid y allí, a través de diferentes certámenes, logré hacerme hueco en este mundo.

-¿No le dio vértigo dejarlo todo para dedicarse exclusivamente a la música?

-Quizás un poco al principio, pero fue un proceso muy natural, no fue algo que surgiera de repente, y tal y como empezaban a ir la economía del país, creo que hice bien en apostar por algo que me llenaba y para lo que tenía talento. No tengo la sensación de haber perdido ninguna oportunidad por el camino.

-¿Qué músicos fueron sus referentes a la hora de comenzar a componer?

-He bebido de muchos estilos, algo que se refleja en las canciones que compongo. Por ejemplo, me gustan Kevin Johansen, Jorge Drexler, Roberto Iniesta, de Extremoduro, o Lichis, de La Cabra Mecánica.

-¿Por qué eligió el título De pana y rubí

-Escuchando los temas del disco me di cuenta de que, inconscientemente, había hecho una especie de contrapunto en las letras; en unas le canto a las luces y en otras a las sombras de la existencia. De pana y rubí resume bien esta esencia, ya que es una frase que une un material tosco con una piedra preciosa.

-Desde su primer trabajo Lo mal que estoy y lo poco que me quejo

-Al final uno va creciendo y acumulando experiencias, y lo que antes eran canciones barrocas en su forma pero con muy poca profundidad en su fondo, ahora son letras más sencillas pero con una mayor carga reflexiva.

-¿Es extenso el proceso para componer esas letras?

-Con la práctica, se va aumentando la fluidez a la hora de escribir los temas. Si antes podía tardar uno o dos meses, ahora parto de una idea susceptible de convertirse en canción, y voy trabajando con eso casi del tirón.

-Como músico independiente, ¿ha encontrado dificultades a la hora de llegar al público?

-Esta profesión es una traba en sí misma, y más cuando en tu país no se subvención la música, al contrario que en lugares como Francia. Normalmente los músicos tenemos que vivir en condiciones precarias hasta que nos podemos establecer más dignamente. A pesar de todo, siempre hay anécdotas que animan a seguir adelante.

-¿Nos puede contar alguna?

-Para mi anterior álbum, El día de suerte de Juan Gómez, hicimos un crowdfunding en el que yo ofrecía un concierto privado a quien mejor lo financiara. Al final, tuve que actuar en un centro de medicina oriental y tuvieron el detalle de preparar un menú para su restaurante con los títulos de mis canciones. Fue un detalle muy curioso.

-No es la primera vez que actúa en esta ciudad.

-He estado en más de una ocasión y para mí siempre es un placer volver, me encantan su ambiente y su gastronomía y he notado que hay muy buena respuesta a mi música. Las primeras veces había menos gente, y en mis últimos conciertos noto que ha crecido la afluencia y la familiaridad con mis canciones.