"Aspiramos a ayudar a formar a los líderes del nuevo milenio en Galicia", manifestó el entonces director general de Caixanova, Julio Fernández Gayoso, durante el acto inaugural del centro social y financiero de la entidad en A Coruña. El edificio, uno de los que forman la hilera de galerías de La Marina, se hallaba atestado de personalidades cuando el 16 de febrero de 2006 se celebró su apertura.

Nadie podía sospechar que diez años más tarde el inmueble se encontraría cerrado a la espera de que se le encuentre un destino, que la entidad financiera habría desaparecido como caja de ahorros después de haberse fusionado con su máximo rival y que su principal dirigente acabara condenado en los tribunales por fijarse una indemnización millonaria por su retiro.

Pero en aquel mes de febrero todo eran alegrías y parabienes en el inmueble enclavado entre las calles Riego de Agua, Fama y Montoto. La espectacular rehabilitación de lo que había sido un edificio de viviendas dejó paso a lo que sería la sede coruñesa de la Escuela de Negocios de Caixanova, la dirección territorial de la entidad, la oficina comercial, el Instituto de Desarrollo y el auditorio creado en este complejo. Las fachadas de galerías fueron conservadas, pero el interior fue transformado por completo, ya que se instaló un sistema de ascensores acristalado en el centro que se transformó en uno de los rasgos definitorios del nuevo inmueble.

El mismo presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, acudió a la puesta de largo del Centro Social y Financiero, acompañado por miembros de su gobierno y numerosas autoridades. Entre ellas aún se encontraba el alcalde Francisco Vázquez, que acababa de comunicar su marcha a Roma como embajador español ante la Santa Sede y quien se refirió a su inminente abandono del Ayuntamiento. "

"Tenemos overbooking", llegó a proclamar Gayoso al ver el auditorio abarrotado de asistentes a la inauguración, en la que expresó su deseo de que la entidad que dirigía ayudase a "formar a los líderes del nuevo milenio en Galicia" y no dudó en detallar ante los presentes su "decálogo del líder del nuevo milenio". Caixanova acabaría fusionada con Caixa Galicia en 2010, por lo que este edificio acabó en manos de la nueva entidad, denominada Novacaixagalicia, que solo un año después fue nacionalizada al no poder cubrir las necesidades de capital que le exigían las autoridades europeas. Ya transformada en NCG Banco, la entidad financiera fue vendida por el Estado al banco venezolano Banesco.

Ya antes de esa operación se había puesto a la venta el edificio, cuyo valor se estimaba en unos 5 millones de euros, aunque la paralización del mercado inmobiliario mantiene sin comprador a este emblema de un tiempo pasado.