Los años previos a la crisis, la Diputación financió obras que a día de hoy siguen sin aportar los beneficios previstos y que suponen una carga difícil de sostenes para los concellos. El centro etnográfico de Cesuras es un ejemplo. Este museo, que solo abrió sus puertas para visitas puntuales por falta de personal, ha sido víctima de las termitas, que han dañado puertas, ventanas y las piezas del centro. El Ayuntamiento, que debe correr con los gastos de apertura y mantenimiento, admitía recientemente que esta sala apenas había recibido visitas.