El centro comercial Marineda City bate un nuevo récord de visitantes y ventas. La gran superficie, propiedad del grupo Merlin Properties, aumentó un 10,5% la facturación en sus tiendas en 2015, alcanzando los 164,8 millones de euros. Esto recoge el informe de resultados presentado ayer por la compañía ante un grupo de analistas e inversores institucionales, en el que también se señala que el número de visitantes experimentó una evolución al alza, subiendo un 8,6% con respecto a 2014 y registrando un total de 16,4 millones de visitas.

Los datos de Marineda City siguen una línea similar a las cifras del resto de centros comerciales que la compañía posee en España. De los cinco complejos que tiene en propiedad, el de A Coruña representa el 43% de las ventas y el 35% del total de clientes.

Merlin Properties adquirió Marineda, el segundo centro más grande de España y el tercero de Europa, en 2014 por un importe de 260 millones, en una operación que incluía además el Hotel Carrís Marineda de 4 estrellas ubicado en el complejo. Hasta ese momento, era propiedad de la sociedad Invest Cos, participada entre otros empresarios por Manuel Jove, fundador de Fadesa, y José Collazo, propietario del grupo de juego Comar.

Merlin Properties, que obtuvo unos beneficios netos de 49,1 millones de euros en 2015 frente a los 49,7 de 2014, destaca en su informe haber incorporado a Marineda marcas como la tienda de mascotas Kiwoko, que ocupa un local de 1.209 metros cuadrados, y McDonalds, de 579 metros cuadrados. También resalta la renovación del contrato con Decathlon, que tiene en Marineda una nave de 7.673 metros cuadrados, uno de sus establecimientos más grandes de España.

En su medio millón de metros cuadrados construidos, casi 200.000 de superficie alquilable, Marineda alberga más de 180 establecimientos. Su apertura en 2011 revolucionó la oferta comercial de una ciudad que desde 2008 incrementó la superficie de metros cuadrados para tiendas en grandes superficies en un 257%, ocupando Marineda un 47% de la oferta total.

La sobreoferta y la contracción de la demanda y del consumo en plena crisis económica llevó a algunos grandes competidores de la ciudad a quedar por el camino. Un ejemplo paradigmático fue el del centro Dolce Vita, inaugurado en 2008. El complejo echó el cierre en enero de 2014 después de varios meses viendo caer el número de clientes y diciendo adiós a algunas de las marcas de mayor reclamo. Desde aquel entonces, la gran superficie permanece cerrada a cal y canto, con las entradas tapiadas y, por el momento, sin noticias de inversores interesados en reflotarla comercialmente.