Un joven de 26 años se sentó en el banquillo de los acusados del Juzgado de lo Penal número 5 de A Coruña como sospechoso de haber huido ebrio de un accidente, aparcar el coche que conducía, regresar a un bar y enfrentarse a los agentes de la Policía Local que acudieron a practicarle la prueba de alcoholemia. El procesado, según la acusación, arrebató de las manos a los policías la hoja en la que anotaban los datos del siniestro y la rompió. Finalmente, fue reducido y detenido.

La Fiscalía le imputa una falta de respeto y consideración hacia agentes de la autoridad y dos delitos, uno de desobediencia y otro contra la seguridad vial. El Ministerio público reclama que sea condenado a la privación del derecho de conducir vehículos a motor y ciclomotores durante siete años, así como al pago de una multa de 4.680 euros y a 10 meses de cárcel. El sospechoso, que está asistido por el letrado Diego Reboredo, negó ser la persona que colisionó contra otro coche sobre las 23.40 horas del 11 de mayo de 2014 en la calle Europa, situada en Os Mallos.

El conductor del otro turismo alertó a la Policía Local. El afectado relató a los agentes que el joven, en lugar de engranar la primera marcha al arrancar, puso la marcha atrás, lo que provocó que colisionase contra su vehículo. Tras hablar con el conductor, según el testimonio del perjudicado, se introdujo de nuevo en el automóvil, un Fiat Punto, y se ausentó del lugar. El denunciante aseguró a los funcionarios del 092 que el joven presentaba signos evidentes de estar ebrio. A los pocos minutos, según su testimonio, observó que regresaba al sitio del siniestro andando y se introducía en un bar situado justo a la altura de la colisión.

Los agentes recogen en su informe que "a los pocos minutos" de llegar al establecimiento de Os Mallos se presentaron en él la madre, la esposa y el padrastro del joven, quienes reconocieron que era el conductor del Fiat Punto rojo. Además, aclararon a los funcionarios que habían adquirido el automóvil hacía poco, por lo que todavía figuraba a nombre de su anterior propietario. El equipo de Atestados refleja que el imputado presentaba signos "de hallarse bajo la influencia de bebidas alcohólicas, tales como ojos brillantes y enrojecidos, pupilas dilatadas, olor a alcohol en aliento, dificultad para vocalizar, respuestas lentas, comportamiento arrogante y eufórico".

El turismo fue localizado por la Policía Local sobre la una de la madrugada en la avenida de A Sardiñeira, a la altura de la estación de tren de San Cristóbal, por lo que fue trasladado al depósito municipal. El acusado negó durante la vista haber conducido el automóvil ese día y el conductor del coche contra el que presuntamente colisionó, que es el único testigo que lo reconoció sin género de duda, no fue llamado por el representante del Ministerio público para prestar declaración. El abogado Diego Reboredo demandó la libre absolución de su cliente, que tiene antecedentes penales por conducir sin carné, por lo que la Fiscalía tuvo en cuenta a la hora de solicitar la condena la agravante de reincidencia.