La decisión del alcalde, Xulio Ferreiro, de no revocar el nuevo calendario fiscal que fija el pago del IBI entre mayo y septiembre suscitó ayer el rechazo unánime de la oposición municipal, que le exigió el cumplimiento de las mociones aprobadas en el pleno del pasado lunes, en las que se reclamaba dar marcha atrás en esta iniciativa.

Ferreiro justificó el mantenimiento del nuevo periodo de pago por la falta de "validez jurídica" de las mociones, a las que solo atribuyó un valor político, por lo que el grupo socialista anunció ayer que solicitará al secretario municipal un informe sobre los efectos jurídicos que causan este tipo de acuerdos plenarios. Para el portavoz del PSOE, José Manuel Dapena, si el alcalde no cumple el contenido de las mociones "estará traicionando su discurso y el mandato de los coruñeses", a lo que añadió que hay un "clamor popular" contra esta medida.

La misma expresión utilizó ayer el Partido Popular para referirse a la oposición que según esta formación existe sobre el traslado del periodo de pago del IBI. El concejal Roberto Coira tachó de "prepotente y dictatorial" la actitud de Ferreiro, a quien acusó además de no escuchar ni respetar "lo que decide la mayoría", así como de aplicar "el rodillo de sus caprichos". Coira advirtió que el PP estudia las medidas que puede adoptar para hacer frente a esta postura del Gobierno local.

Para la concejal del BNG Avia Veira, el mantenimiento del cobro de este impuesto en sus nuevas fechas es una decisión "a toda luces equivocada", ya que consideró que las mociones tienen un valor político y porque el adelanto del pago del IBI "afecta a la vida diaria de la gente normal". Veira criticó que el alcalde aluda al apoyo mayoritario del pleno a una moción sobre Alfonso Molina para negociar con el Ministerio de Fomento y que no lo haga para modificar el calendario fiscal.