Los padres juzgados por supuestamente maltratar a su bebé hasta dejarlo ciego y epiléptico padres juzgadosmaltratar bebé dejarlo ciego y epilépticohan alegado que el pequeño era "sano" y "alegre". Los médicos que intervinieron en el juicio celebrado ayer declararon que es probable que recibiera un "golpe importante". La pareja dijo no "encontrar explicaciones" a las lesiones del menor. Los forenses vinculan ciertas secuelas con el "síndrome del niño zarandeado".

La sección segunda de la Audiencia Provincial de A Coruña acogió ayer el proceso contra los padres de un bebé que nació en 2011. El fiscal pide veinticuatro años de prisión. Según el Ministerio público, los progenitores del bebé le dieron presuntamente un golpe y lo zarandearon antes de que cumpliese un año de vida, por lo que padece una disminución de fuerza o parálisis en el lado derecho de su cuerpo, ceguera bilateral completa, epilepsia secundaria y retraso del desarrollo psicomotor.

Los médicos que actuaron como peritos en el juicio por las lesiones del bebé afirmaron que el pequeño recibió "un golpe importante" y opinaron que lo más probables es que, a mayores, fuese "zarandeado" con "brusquedad". Según sus relatos, existe una fractura cuya "causa más habitual es un golpe contra una superficie plana" que es "compatible con una caída" o, en todo caso, con "un golpe importante".

Asimismo, el pequeño padece el "síndrome del niño zarandeado", que podría explicar todas las secuelas "salvo la fractura" y que, al sumar todos los síntomas, "aumenta el porcentaje de que haya sido un zarandeo" con "una cierta brusquedad". El menor se encuentra ahora bajo la tutela de los servicios de menores de la Generalitat de Cataluña, ejerciendo la guarda del mismo su abuelo materno.

Aclaran los especialistas que las lesiones tuvieron que ocurrir cuando el menor tenía apenas tres meses, entre veinte y tres días antes de su ingreso el 6 de enero, y descartan que puedan estar relacionadas con unos masajes que le daba su padre típicos de Senegal, pues tiene esa nacionalidad.

Consultados por la epilepsia, han reconocido que puede ser hereditaria, pues la familia de la madre tiene antecedentes, y que si un ataque epiléptico coincidiera con una caída desde una cama contra el suelo se podría explicar la fractura. Los procesados, que ahora están divorciados y él tiene una orden de alejamiento respecto de ella por una denuncia de violencia machista todavía en trámite, vivían cerca del barrio coruñés de A Gaiteira cuando ocurrieron los supuestos hechos.

La madre ha asegurado que el pequeño "tenía reflujos" y "vomitaba mucho", pero no padecía ningún otro problema de salud antes de su ingreso en el hospital del 6 de enero de 2012. "Salí de la ducha y vi que estaba rígido con los ojos volteados", ha comentado sobre el día en que llevaron al bebé al hospital y se descubrió todo lo que padecía.

Los acusados, divorciados y alejados por orden judicial, han negado que el menor sufriera algún golpe que pudiera justificar el daño y, durante el juicio, se han acusado entre ellos de ciertos comportamientos violentos. Así, en concreto, ella acusó a su expareja de realizar ciertos movimientos "bruscos" al niño, mientras que él hizo constar que la madre se ponía violenta cuando se enfadaba y "tiraba las cosas por el suelo". Ante el tribunal, la madre ha indicado estuvo siempre al cargo del menor y que, en una ocasión, su progenitora le advirtió de que el bebé "agitaba mucho la cabeza y vomitaba", aunque ella prefirió no tomar ninguna medida y esperar a ir al pediatra, quien le dijo "todo estaba bien". Dos días después acudieron al hospital, donde ya les informaron de la gravedad de las lesiones que sufría el menor, para las que tanto ella como él no encuentran "explicaciones".

La Fiscalía considera los hechos constitutivos de dos delitos de lesiones y, por cada uno, pide 12 años de prisión, por lo que eleva a 24 años las penas de cárcel para el hombre y para la mujer, respectivamente. Además, solicita una indemnización de 560.000 euros.