El Concello ha decidido aplazar, un mes después de su anuncio, el cambio del calendario fiscal para 2016 que anticipaba a mayo el pago del IBI. Tras esta "moratoria" para que los vecinos y las empresas puedan planificarse con tiempo, en 2017 no habrá marcha atrás, con bonificaciones para los que se acojan a las diversas modalidades de pago fraccionado. Pero el adelanto de la Contribución no es una cuestión que se haya puesto encima de la mesa hace cuatro semanas. Cuatro días antes de que el nuevo Gobierno tomase posesión, el interventor y la tesorera advertían en un informe de que habría que tomar medias a corto y a largo plazo para evitar "disfunciones y desajustes" de tesorería.

EDesfase entre ingresos y gastos en año electoral. En el informe, que analizaba la situación económica para el tercer trimestre del año, Tesorería comparaba el nivel de ejecución presupuestaria de 2014 y 2015, año electoral, a la misma altura del ejercicio y constataba que los gastos habían subido por encima de los ingresos. A corto plazo, recomendaban acudir a una operación de tesorería (un nuevo endeudamiento) para salvar el desfase, de más de 9 millones. Pero a medio proponían equilibrar los niveles de gasto-ingreso e incluso modificar el calendario fiscal para 2016. "Esto ayudaría a un reparto de carga tributaria para el contribuyente y a una mejor planificación de la Tesorería Municipal", aconsejaban. El grueso de los impuestos municipales se ingresan a partir de septiembre, unos 67 millones de euros. Algo más de 62 millones corresponden el IBI, el principal surtidor de dinero a las arcas del Concello, para que este pueda desarrollar su actividad, ofrecer servicios a los ciudadanos e iniciar proyectos y obras.

EEl plazo medio de pago a proveedores. El Gobierno local se planteó abordar medidas recomendadas por los habilitados nacionales. Primero, con acciones para solucionar la papeleta inmediata, que avecinaba una subida del periodo medio de pago a proveedores. Y después, con una hoja de ruta a medio plazo para, entre otras cuestiones, escalonar la llegada de ingresos. El Concello firmaba el 5 de agosto un crédito de 11 millones de euros. El plazo medio de pago a proveedores alcanzó los 48,6 días en noviembre pero pudo rebajarse y llegar a los 15,67 en febrero, cinco días por debajo del ejercicio anterior, también con la aprobación del cambio del presupuesto acordado con el grupo socialista a finales de 2015.

EPrimer intento: el pago a plazos. El adelanto del IBI recomendado por Tesorería e Intervención no fue inmediato. El calendario fiscal de 2016 se planteaba igual que en 2015, pero con mayores facilidades para abonar a plazos la Contribución. Esa posibilidad de fraccionar el impuesto entró en vigor en 2012. Va ganando adeptos año a año pero no con el ritmo necesario. En Gobierno anterior daba opción de dividir el abono del IBI en dos plazos. Para 2016, los vecinos podrían cumplir también con sus obligaciones en seis cuotas (la bonificación subió del 2 al 3%). Se acogieron a esta opción 3.194 contribuyentes, cuando en 2012 lo habían hecho 154. Tras concluir el plazo, a inicios de febrero, los solicitantes eran el doble que el año anterior, aunque no un número suficiente para la entrada ordenada de ingresos en el erario municipal. El Concello informaba de que a partir de 2017, esta modalidad para pagar el IBI se extenderá a otros tributos como el de circulación, el IAE y la tasa de basura o vado. Aumentarán además las posibilidades de fracción: dos, tres, cuatro, cinco o seis plazos, a elección del contribuyente.

EEl adelanto. Los cálculos no salían y el Gobierno local volvería a depender de modificaciones del presupuesto, deuda y equilibrismo financieros para que no se repitiesen los problemas advertidos por el interventor y la tesorera. En un contexto, además, de minoría en el pleno. El Ejecutivo toma la decisión, el 18 de febrero, de alterar el calendario fiscal dentro del mismo ejercicio y adelantar el cobro del IBI a mayo. El plazo de pago del año anterior había sido de septiembre a diciembre de 2015. Se volvería a cobrar del 5 de mayo al 5 de julio, sin posibilidad ya de acogerse al ingreso fraccionado. La Concejalía de Facenda explicaba que pretendía "distribuir la carga tributaria de los vecinos" y evitar tensiones de liquidez como en la recta final del ejercicio anterior. La medida fue rechazada de inmediato por el PSOE y el PP. Los nacionalistas también se opusieron a la alteración del calendario fiscal, si bien la edil Avia Veira se mostró de acuerdo de abordar la medida en 2017 con una mejor planificación.

ENueva modificación y otras ciudades. Dos días después, el Concello insistía en anticipar el cobro pero proponía aumentar el plazo hasta septiembre (lo había fijado inicialmente de mayo a julio). Tras el revuelo entre los vecinos por el cambio de la programación tributaria, el Gobierno municipal procedió a abrir la mano, alegando que había que facilitar a los ciudadanos su adaptación al nuevo periodo de pago de la Contribución. Se duplicaba el tiempo disponible para pagar respecto al año anterior. El PP interpretó este cambio como un "nuevo ejemplo de improvisación" y reprochó que se ubicase justo después del impuesto de circulación y próximo a la declaración de la renta. Pasados tres días, el Ejecutivo informaba de que los recibos del IBI que estuviesen domiciliados se pasarían el 5 de julio, justo en la mitad del periodo excepcional de cuatro meses que se aplicaría en 2016 por el adelanto a primavera. El alcalde, Xulio Ferreiro, argumentaba que A Coruña era una "excepción" con su anterior calendario fiscal, ya que la mayoría de las ciudades concentran el cobro entre mayo y septiembre. Entre ellas, Lugo, gobernada por el PSOE, y Ourense, por el PP.

EDos mociones en contra. El rechazo unánime de la oposición se materializó en el pleno del 7 de marzo. El voto de los 17 concejales de la oposición permitió aprobar dos mociones que exigían al Gobierno local que anulase el adelanto de la Contribución. El PP argumentó que la medida supondría una "asfixia" para familias y empresas. El PSOE censuró que la medida fuese "unilateral" y que realizase el anuncio ya pasado el plazo para adherirse al pago fraccionado. La nacionalista Avia Veira acusó al Ejecutivo de no actuar "con claridad". Marea reprochó al PP que, conociendo la situación delicada del balance económico del Concello, no alertase ni hiciese nada al respecto. Tras el pleno, el alcalde reiteró que mantendría el adelanto del cobro del IBI, a pesar de las mociones. "No tiene mucho sentido andar dando tumbos", respondía Xulio Ferreiro, manifestando que el Gobierno local ya había explicado las razones por las que se había adoptado esta determinación, así como las medidas correctoras para el periodo de transición, como alargar el plazo hasta septiembre.

ELa "moratoria". La oposición emprendió una segunda ofensiva tras la negativa del Gobierno local. El PP forzó un pleno extraordinario, aún sin fecha. El PSOE consultó al Secretario sobre la validez jurídica de la moción, que el Ejecutivo no considera legalmente vinculante. Y el BNG anunció una recogida de firmas por los barrios. Finalmente, el 16 de febrero, y declarando "sensibilidad" con aquellos vecinos que consideraban que se había dificultado su planificación económica, optó por dar marcha atrás y plantear una "moratoria" hasta 2017. La edil de Facenda declaró que se facilita la "transición" pero que cambiar el calendario fiscal es "urgente".