Con 26 años recién cumplidos, una licenciatura en Biología con doble especialidad en Zoología y Biología Marina que le valió el premio fin de carrera y una incipiente carrera profesional en el ámbito de la divulgación científica en Reino Unido, Alba Aguión Tarrío personifica la consecución de algunos de los retos a los que muchos estudiantes universitarios desean llegar. Esta coruñesa es una de las semifinalistas en el concurso internacional de monólogos científicos Famelab y, junto a otros 16 candidatos, competirá en dos semifinales que se llevarán a cabo hoy en Barcelona y el 1 de abril en Valencia. Todos ellos aspiran a llegar a la final de Madrid.

Famelab es un certamen organizado de forma conjunta por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (Fecyt) y el British Council con la colaboración de la Obra Social la Caixa, que cuenta con cuatro ediciones celebradas en España y cuyo objetivo principal es apoyar la difusión de la ciencia desde un formato ameno y distendido.

Tarrío, que describe este concurso como una "iniciativa fantástica" que conoció "por un amigo el año pasado", cuenta que lo que la animó a participar fue su "pasión" por compartir lo que sabe de Biología, y añade sobre su motivación: "Para mí sólo hay una cosa mejor que hacer lo que te gusta, y es compartirla. Es además una forma de conocer a gente que, trabajando en otras disciplinas científicas, comparte tu filosofía de vida y con la que conectas muy bien".

Para la científica coruñesa, iniciativas como la de Famelab "acercan la ciencia a la gente y, lo que es más importante, la asocian a lo que realmente merece, algo impactante y divertido", y expresa su deseo de que "se sigan organizando más ediciones, porque creo que tienen un claro beneficio para la sociedad y participantes".

La bióloga, que hasta el momento no había escrito monólogos ni realizado estudios de interpretación para su puesta en escena, explica que su labor creativa consistió en pensar en algo que considerase fascinante y poco conocido en su campo y "buscar un nexo entre eso y algo que la gente conozca y que resulte atractivo para intentar que nadie desconecte ni se sienta perdido en el tema".

A pesar de sus ganas de participar y sus esfuerzos en la configuración de una propuesta original para competir en Famelab, Tarrío confiesa sobre las expectativas previas a su participación: "No sabía qué esperar; mi monólogo me convencía pero no tenía ni idea de la cantidad de gente que se presenta a este tipo de cosas".

La científica, que tras concluir sus estudios universitarios en Santiago de Compostela se trasladó en 2014 a la ciudad británica de York para completarlos con un máster en Ecología, se mudó un año más tarde a Plymouth, sede de Education Through Expeditions (ETE), la empresa para la que trabaja actualmente. Su labor en la compañía, según explica, consiste en visitar centros educativos en Reino Unido realizando talleres sobre el Ártico y la ciencia polar, usando su experiencia como científica en Svalbard para inspirar a estudiantes y gente joven e intentar "abrirles la mente desde pequeños a ambiciones y sueños que quizá, si no, nunca se plantearían".

En relación a los consejos que una joven bióloga con una trayectoria académica internacional puede aportar a los futuros científicos, la coruñesa, cuya próxima meta consiste en la realización de un doctorado explica, que le gustaría servir de inspiración "para que los estudiantes no tengan miedo a abrir su propio camino". "La vida no es fácil para nadie, nunca lo ha sido, y lamentarte por la existencia de una crisis en tu país no va a cambiar tu situación", señala, y apostilla: "Intento mandar un mensaje de esperanza a los jóvenes: hay oportunidades ahí fuera para los que sueñan a lo grande. ¿La mala noticia? Hay que salir de tu zona de confort, trabajar duro y estar dispuesto a fallar. ¿La buena? Todos estamos capacitados para hacerlo".