Hace un decenio la construcción de una macrourbanización en O Portiño parecía inminente. La crisis económica, unida a las limitaciones del Plan de Ordenación del Litoral de Galicia, hicieron que el proyecto se quedase solo sobre el papel. El plan parcial de la zona incluía la edificación de 2.310 pisos y 900 chalés adosados en un área de 494.000 metros cuadrados donde todavía se ubica el asentamiento chabolista.

Incluso se especificó en 2006 que la macrourbanización tendría una conexión directa con la tercera ronda. El enlace partiría de la rotonda de Cuatro Vientos, situada a la entrada del polígono residencial, y entroncaría con la nueva carretera de circunvalación a la altura de San Pedro de Visma. Hace diez años los promotores y el Ayuntamiento preveían que las obras de urbanización y la construcción de los edificios comenzarían en el primer trimestre de 2007. De las 3.300 viviendas previstas, 660, es decir, el 20%, que es el mínimo que exige la ley, serían destinadas a protección oficial.

En 2008, el Gobierno local formado por PSOE y BNG aprobó el proyecto de la urbanización de O Portiño, al que se opuso el PP. Para llevar a cabo esta iniciativa era necesaria una modificación del plan general que debía ser autorizada por la Consellería de Política Territorial. El pleno del Ayuntamiento que aprobó el proyecto de la macrourbanización se realizó el mismo día en que el Parlamento gallego inició el debate sobre la nueva ley del suelo, que pretendía ampliar el porcentaje de pisos de protección en los polígonos residenciales del 20% al 40%, lo que obligaría a doblar la cantidad de viviendas de este tipo en O Portiño. Tanto la oposición como la asociación de vecinos de Os Rosales exigieron la paralización del proyecto, que finalmente no se ejecutó debido a la crisis económica y al rechazo del Ejecutivo autonómico.