Nadie en Sada había visto, o sufrido, una inundación como la del miércoles. La voracidad del agua, anegando cuanto se encontraba a su paso, sorprendió a los vecinos y provocó una inusitada atención mediática en quienes, de otro modo, no hablarían de Sada. Medios internacionales se hicieron eco de las imágenes de las zódiac navegando por las calles y alguna vecina decía ayer asombrada: "Hasta me han visto en Nueva York".