El actor Guillermo Ortega, conocido por su participación en series de televisión como Aquí no hay quien viva y La que se avecina, interpreta a Leo, el personaje que abre la obra Pánico, dirigida por Quino Falero. La pieza será representada a las 20.30 horas en el Colón. Los precios de las entradas oscilan entre los 18 y los 22 euros.

-¿Qué fue lo que le animó a embarcarse en este proyecto?

-Leí el texto y me pareció una obra muy curiosa. Me interesaba mucho la historia de tres hombres que de repente casi se encierran en una casa y empiezan a abordar , en la intimidad, una serie de problemas que en este caso no son culpa de las mujeres.

-¿Cómo preparó el personaje de Leo?

-Lo primero que construí fue lo más básico, la relación que Leo tiene con su mujer, ya que la obra comienza cuando esta le dice que se vaya una semana a pensar y él entra el pánico. Luego me centré en su relación con los amigos de la infancia, que son los otros dos personajes: Max, interpretado por Felipe Andrés, y Joni, interpretado por Mon Ceballos.

-Esta obra hace una crítica al concepto de masculinidad que tiene la sociedad. ¿Sigue haciendo falta más autocrítica?

-Lo que más falta hace es enfrentarse a lo que realmente somos y aceptarse, dejando a un lado unos valores que fueron producto de una época que ha ido como ha podido y que ahora sabemos que nos coarta a nosotros y a las mujeres. Creo que el hombre está evolucionando y está bien que sea así.

-¿En qué medida ambos sexos se pueden sentir identificados con esta obra?

-Es una obra de hombres hablando de sus emociones, por lo que el público masculino se va a reconocer en la intimidad. Las mujeres pueden descubrir que con esos hombres tienen más puntos en común que lo que los tópicos dicen, al fin y al cabo somos todos seres humanos y compartimos muchas angustias e inseguridades.

-¿A qué tiene pánico?

-Entro en pánico cuando tengo que decidir, hay decisiones que me cuesta mucho tomar.

-¿Qué le aporta el teatro que no le aporte la televisión?

-La televisión es algo inmediato, te dan el guión y tienes que aprendértelo rápidamente y empezar a rodar. El teatro es lo opuesto, requiere de meses de preparación, y te permite un análisis mucho más profundo sobre la evolución de la historia y los personajes.

-¿Qué proyecto podría animarle a volver a televisión?

-Me gustaría que fuese algo honesto, que no tratara de engañar al espectador. Una propuesta coherente en la que se apueste por algo con independencia del público al que vaya dirigida, el género, o los horarios en los que se emita.