Un día después del pleno que aprobó inicialmente el presupuesto de 2016, los partidos de María Pita comienzan a calibrar su estrategia para las próximas semanas, con el fin de adaptar el proyecto presupuestario a sus intereses durante el plazo de un mes que se abre para presentar alegaciones. El primero en mentar esta opción fue el alcalde, Xulio Ferreiro, que ayer en el Dillo ti celebrado en Os Mallos tendió la mano al resto de partidos para "reparar el daño" que a su juicio causaron las enmiendas que socialistas y populares pactaron introducir en el pleno del viernes.

"La situación es complicada pero redoblaremos esfuerzos, trabajadores 40 horas si hay que trabajarlas", aseguró en el encuentro con los vecinos. Su posición es delicada con el actual equilibrio de fuerzas del Consistorio. Como líder del Gobierno local, y si el proyecto se mantiene tal y como está, será el responsable de ejecutar unas cuentas cuyas inversiones fueron parcialmente modificadas contra su voluntad por la oposición y que reducen la autonomía del Ejecutivo para gestionarlas. En concreto, socialistas y populares introdujeron con sus enmiendas cambios en el apartado de inversiones por valor de más de 4,3 millones de euros, al tiempo que se concretó el destino de partidas genéricas por otros 7,8 millones.

Las enmiendas de PP y PSOE se presentaron escasos minutos antes de que comenzase el pleno del viernes. El propio secretario municipal advirtió de que no contaban con un informe técnico que avalase su legalidad y que, si eran aprobadas, sería bajo la responsabilidad de los ediles que las respaldasen. A falta de conocer estos análisis, Ferreiro advirtió de que algunas enmiendas son "inejecutables" y de que, por ejemplo, en algunas partidas vinculadas a la Concellería de Participación e Innovación Democrática se decidieron dar de baja más créditos de los que había presupuestado la Marea. "Hay partidas que literalmente están a -20.000 euros", aseguró el alcalde.

Los cambios introducidos por PP y PSOE colocan nuevas inversiones a costa de suprimir total o parcialmente partidas que había diseñado el Gobierno municipal. En concreto, Ferreiro llamó l a atención sobre el recorte de créditos en saneamiento o en la organización de la ya comprometida The Tall Ship Races, una competición de grandes veleros de la que A Coruña será puerto final del circuito este verano.

El regidor también cargó en Os Mallos contra los cambios en las bases de ejecución del presupuesto que introdujo el PP en una enmienda, apoyado por el PSOE. "Cuando se agote una partida, por ejemplo, de la reparación de un colegio, en lugar de poder al día siguiente darle trámite a eso tendremos que tardar dos meses", lamentó.

Más allá de las discrepancias en torno al presupuesto, el pleno del viernes deja las relaciones entre Gobierno y PSOE más tirantes que nunca desde la investidura de Ferreiro en junio. El alcalde acusó al portavoz de la formación, José Manuel Dapena, de protagonizar un "simulacro de moción de censura" de la mano del PP. Los socialistas respondieron ayer con un comunicado en el que reclamaron al Gobierno local que abandone el "victimismo" y en el que niegan ningún tipo de "pinza" con los conservadores. "Hemos cumplido con nuestro compromiso con los coruñeses. No hay mayor prueba de responsabilidad que dar el sí a las cuentas para que se pueda trabajar", señalan en un comunicado en el que hacen una defensa férrea de sus enmiendas pero en el que no mencionan el acuerdo con los populares.

Los socialistas también reclamaron al Gobierno que comience "a ejecutar los presupuestos", algo que no es posible hacer por el momento ya que las cuentas solo han sido aprobadas de forma inicial y su aprobación final todavía no se hará realidad hasta finales de mayo.

Esquerda Unida, partido integrado en Marea Atlántica, rompió ayer su silencio después de meses sin actividad pública en los medios con un comunicado en el que califica de "presupuestos del régimen bipartidista" a las enmiendas impuestas por el PP y el PSOE sobre la propuesta inicial del Gobierno municipal. La formación, en la que milita la concejal de Xustiza Social e Coidados, Silvia Cameán, apuesta por potenciar los mecanismos de "democracia participativa" para romper los "bloqueos" de PP y PSOE.

Pero los ecos del pleno del viernes también han trascendido las fronteras de la ciudad. El alcalde de Ferrol, Jorge Suárez, aliado de Ferreiro en el foro de las autodenominadas "ciudades rebeldes", llamó a luchar contra la "maquinaria de los partidos tradicionales", de quienes dijo que están alcanzando acuerdos "impensables" en localidades como A Coruña, en alusión al pleno del presupuesto.

La postura del PSOE no solo ha generado malestar entre sus competidores por la izquierda sino también entre las propias filas del partido. Sectores de la dirección del PSdeG, críticos con el papel que la agrupación coruñesa ha mantenido durante los últimos meses con el Gobierno, ven con recelo el simbólico pacto que los suyos forjaron en una mañana con el PP para coordinarse en la votación de las enmiendas y que no fueron capaces de sellar con la Marea en cuatro meses.

La imposibilidad de llegar a acuerdos entre ambas partes se hace evidente en A Coruña a escasos meses de unas elecciones autonómicas tras las que, si el PP no alcanza la mayoría absoluta, un gobierno alternativo en la Xunta pasará por un entendimiento entre los socialistas y el espacio político de las Mareas, en el que Marea Atlántica tiene un papel relevante. Voces de la dirección socialista interpretan esta falta de sintonía como perjudicial en un contexto en el que los populares tratarán de explotar al máximo el argumentario del que hicieron gala en anteriores citas con las urnas: o nosotros o el caos.