Un año y nueve meses de cárcel y cinco años de retirada del carné. Esa es la condena que le impuso un juez a un conductor de 22 años que arriesgó la vida de peatones y pilotos durante su huida de la Guardia Civil. El procesado, que carecía de permiso de conducir porque había perdido todos los puntos, circulaba el 20 de diciembre de 2013 sobre las 00.50 horas cerca del inicio de la autopista a Carballo cuando adelantó a otro vehículo por la derecha. Un coche camuflado de la Guardia Civil detectó la maniobra, por lo que le realizó señales luminosas y acústicas para que se detuviese.

El imputado hizo caso omiso y continuó su marcha "incrementando la velocidad, realizando adelantamientos por derecha e izquierda, con grave peligro para los demás vehículos que se iba encontrando en sentido opuesto", subraya el magistrado en la sentencia, en la que señala que algunos conductores se vieron obligados a desviarse hacia la izquierda para evitar que colisionase con ellos.

Los guardia civiles alertaron a sus compañeros, que se encontraban cinco kilómetros después, en la misma vía. Los funcionarios colocaron el vehículo de frente y con las luces puestas hacia la calzada con el objetivo de interceptar al procesado. Los agentes incluso se bajaron del coche patrulla y lo enfocaron con sus linternas. El joven, tras frenar el automóvil, hizo un "giro brusco" a la derecha y se dirigió a una carretera en dirección a Meicende. La Guardia Civil continuó el seguimiento y comprobó que el imputado "siguió generando un grave peligro para los demás usuarios de la vía". El titular del Juzgado de lo Penal número 5 describe en el fallo que realizó adelantamientos prohibidos "obligando a frenar a los coches que venían de frente" y se saltó un stop para dirigirse a la zona urbana de Meicende, donde circuló a más de 100 kilómetros por hora cuando la velocidad está limitada a 50 kilómetros por hora. El sospechoso también se saltó semáforos en rojo, poniendo "en peligro" la vida de los peatones que cruzaban en ese momento.

El imputado negó durante la vista ser el conductor de su coche y alegó que se lo habían robado. Los agentes, sin embargo, lo reconocieron sin género de duda. "Las manifestaciones del acusado por su incoherencia y su incredibilidad no solamente no desvirtúan, sino que refuerzan, la convicción racionalmente deducida de la prueba practicada", recalca el juez en el fallo.