Un acusado de abusar sexualmente de la hija de una amiga de su tía se sentará la próxima semana en el banquillo de los acusados de la sección segunda de la Audiencia Provincial. La Fiscalía reclama que el procesado sea condenado a 20 años de cárcel por cometer dos delitos contra la integridad sexual. Los hechos, según sostiene la acusación pública en su informe, sucedieron en septiembre de 2012, cuando la menor y su madre fueron a pasar un fin de semana a casa de la tía del procesado, situada en A Coruña.

Las dos amigas salieron a cenar, acompañadas por la víctima y por otras dos jóvenes, entre otras personas. Sobre la una de la madrugada, la menor y las dos chicas regresaron al inmueble. "La niña había entablado una relación de amistad con el acusado, con quien tenía una relación muy cercana por cuanto tanto la madre de la menor y la tía del imputado eran íntimas amigas. Ambas familias se conocían muy bien y era frecuente que se reuniesen", indica la Fiscalía en su escrito de calificación.

Durante la madrugada la menor se quedó sola en la casa, pues las otras dos jóvenes decidieron regresar al bar en el que se habían quedado los adultos. El procesado, tras saber que estaba sola en el inmueble, acudió al piso "con la finalidad de mantener relaciones con la niña". Tras acostarse con la menor, abandonó la vivienda antes de que llegase el resto del grupo.

Dos días más tarde la víctima acudió al domicilio que el imputado compartía con su madre en A Coruña y en el dormitorio del procesado volvieron a mantener relaciones sexuales, según sostiene el representante del Ministerio público en su informe, en el que relata que ese día la niña sangró como consecuencia de las relaciones sexuales, por lo que su madre la llevó complejo hospitalario Universitario.

La madre de la menor denunció los hechos. La Fiscalía, además de a veinte años de prisión, reclama al tribunal de la sección segunda de la Audiencia Provincial en su escrito de calificación que le imponga la prohibición de comunicarse y acercarse a la víctima, a su domicilio y a su centro de estudios durante veinte años. La fiscal, además, exige que lo sentencien a diez años de libertad vigilada, con la obligación de participar en programas de educación sexual. En cuanto a la indemnización, reclama que le abone a la víctima 400 euros por los días que tardó en curar de las lesiones y de 10.000 euros por los daños morales que le causó.