El hostelero Andrés Gallego es prudente al pronosticar las consecuencias de la restricción del tráfico: "Veremos a largo plazo qué pasa, al principio imagino que la gente habituada al coche va a sentirse incómoda y tendrá que acostumbrarse". Prevé problemas por el horario del reparto: "En la Marina casi todos somos hosteleros y no sé si hasta las once les va a dar tiempo a los proveedores a dejar sus mercancías".