La hostelera Dorinda Liñares encaja con pesimismo la reordenación del tráfico en la Marina y augura apuros inmediatos por la acumulación de limitaciones: "A corto plazo esto nos va a perjudicar a todos. Más afectados estarán los conductores. Como estaba antes era mejor. La zona ya tenía bastantes limitaciones con las obras y ahora habrá más; por ejemplo, es complicado entrar en los túneles desde la zona donde haya desvíos".