Apurado y con visible malestar, el repartidor Francisco García aventura tantos inconvenientes para los hosteleros como para sus proveedores con la limitación del tráfico para la carga y descarga hasta las 11.00 horas: "No vamos a tener tiempo para cumplir con los encargos. Los que hacemos reparto tendremos que ir a toda prisa si queremos acabar antes de las once de la mañana. Nos vamos a juntar demasiados coches".