La campaña que se lleva a cabo en diferentes puntos de la ciudad para la castración de gatos callejeros responde a un plan que fue acordado con varias asociaciones animalistas, según asegura el Gobierno local, que detalla que se trata de resolver un problema crónico, así como de compatibilizar los derechos de los animales con los de los vecinos.

La existencia de un importante número de gatos en algunos puntos del municipio animó a poner en marcha un plan para su esterilización, de forma que su población no se dispare. Pero la asociación Gatocan denuncia que en el Barrio de las Flores tras haber sido castrados, los animales son abandonados el mismo día, lo que a su juicio supone el riesgo de infecciones graves e incluso la muerte, ya que considera necesario un descanso supervisado de entre 4 y 5 días.

Para el colectivo, este hecho supone un peligro por el posible contacto con suciedad, perros o personas hostiles. Gatocan asegura haber visto gatos infectados, herniados y marcados en la oreja de forma que casi ha sido mutilada por completo, por lo que reclama un cambio en la realización de este plan de esterilización. La entidad considera que en estas operaciones deben colocarse casetas con agua, comida y arena para acoger a los animales tras ser castrados.