Fue un acto sobrio. Dos altavoces, un atril y una pequeña cortina de terciopelo para cubrir la placa de la calle Antón Vilar Ponte, nueva denominación de División Azul. Tras los discursos, el alcalde y el presidente de la Real Academia Galega destaparon el renovado letrero en el Ensanche. Xesús Alonso Montero advirtió, en broma, de la falta de música. El alcalde le sugirió entre risas que podían cantar ellos mismos. No cuajó.